Jaca vive apesadumbrada su tradicional festividad del Primer Viernes de Mayo, un «día triste», señalaban muchos vecinos, y no solo porque, un año más, no se realizaran los actos y celebraciones habituales en esta multitudinaria cita del calendario jaqués. El coronavirus ha trastocado los planes un año más pero, además, tampoco ayudaba el hecho de llegar a esta importante fecha confinada. Sin ninguna posibilidad de recibir visitantes, ni personas que residen fuera y como cada año acuden a su segunda residencia, las calles permanecían desangeladas, sin el ambiente de otros años, y tras una noche del jueves con algunos incidentes de consideración en los que tuvo que intervenir la Policía.

Uno de ellos, una fiesta ilegal con 22 personas de entre 30 y 35 años detectada por los agentes y que acabó siendo desalojada, y con todas ellas propuestas para sanción por incumplimiento de la normativa del nivel de alerta 3 agravado. También se quemaron contenedores en la calle Domingo Miral, esquina con Cortes de Aragón, aunque no se conoce el origen del fuego. «Pudo ser intencionado o no, pero quedó uno de los contenedores quedó totalmente destruido y sin rastro de pruebas», explicaron fuentes policiales. O, según algún vecino, pudieron ser jóvenes «cabreados por no poder celebrar la fiesta». El alcalde de Jaca, Juan Manuel Ramón, quiso quitarle importancia al asunto y señaló que «ardió un contenedor y no fue algo voluntario».

Aunque se produjeron estos incidentes, había organizada mucha vigilancia policial, con los cuerpos de la Policía Local y Nacional, a todas horas, recorriendo la ciudad y el tramo de carretera que va al cementerio, donde, en la mañana del Primer Viernes de Mayo, se va a almorzar, puesto que se supone que en ese tramo fue donde ocurrió la batalla.

Los artesanos y labradores, habituados a salir disparando salvas tal día como hoy, se asociaron en pequeños grupos de personas, a diferencia de otros años. La figura del conde Aznar, «la más importante» en esta celebración, según los vecinos, portaba su vestimenta al hombro, en vez de lucir sus mejores galas.

Ramón destacó que el día había sido «atípico», y felicitó a sus vecinos porque se habían comportado «muy bien» durante toda la jornada. «Hay que felicitar a la población, porque ha sido extraño, más raro incluso que el año pasado porque en esta ocasión ha sido mas disperso», expresó el alcalde de Jaca.