El cierre de la escuela es el inicio de la muerte de un pueblo. Lo dice Alberto Alfonso, cofundador de la asociación Apadrina un Olivo, que une sus fuerzas al Ayuntamiento de Alacón para lograr que el colegio de la localidad vuelva a abrir sus puertas el próximo mes de septiembre. Para conseguirlo, necesitan que una familia con al menos dos niños en edad escolar recale en el municipio. Si no lo logran antes de final de mes, la escuela cerrará porque se queda con tan solo dos alumnos para el próximo curso.

Hasta este año había cuatro niños, pero dos de ellos se trasladan a Teruel en septiembre y, con su partida, el Departamento de Educación del Gobierno de Aragón ha comunicado que con solo dos alumnos el centro no puede continuar. Los esfuerzos de Apadrina un Olivo y el ayuntamiento se centran en mantener la escuela «para no seguir perdiendo servicios, porque tememos que este cierre derive en la pérdida de otros después».

«Hace dos semanas, el Ayuntamiento de Alacón se puso en contacto con nosotros para lanzar una campaña que nos permita atraer a nuevos vecinos al pueblo y salvar el colegio», explica Alberto Alfonso. La idea es replicar la iniciativa de «éxito» que ya desarrollaron en Oliete en 2016, cuando la escuela se quedó con tan solo cuatro alumnos, consiguieron salvarla y hoy dan clase trece estudiantes en sus aulas.

El colegio público de Alacón se queda con dos alumnos para el próximo curso académico. APADRINA UN OLIVO

De la huerta a la escuela

La asociación Apadrina un Olivo gestiona desde el mes de febrero la conservera de Alacón, una iniciativa municipal que se encontraba cerrada pero que se ha reflotado, dando valor a los productos de la huerta alaconera, y creando dos puestos de trabajo. La propuesta ahora es atraer a una familia con al menos dos hijos ofreciendo un puesto de trabajo vinculado a la agricultura, para trabajar en dicha huerta y dotar de productos a la conservera.

Apadrina un Olivo ha impulsado, a su vez, una campaña de micromecenazgo en Internet con el objetivo de recaudar 8.000 euros para la compra del material necesario para el desarrollo de las labores agrícolas, como un sistema de riego, un motocultor, y otras herramientas. «En el primer día ya hemos recaudado más de 6.000 euros, superando la mitad del objetivo, lo que nos hace ser optimistas para poder salvar el colegio por la buena acogida que ha tenido la iniciativa», manifestó Alfonso.

No en vano, han recibido ya varias peticiones por parte de familias interesadas en instalarse en Alacón y vincular su actividad laboral a la agricultura. La oferta de trabajo indefinido y en el medio rural, un año y medio después de que estallara la pandemia del coronavirus está llamando la atención de posibles nuevos pobladores. «Ahora tenemos que hablar con todas las familias y analizar qué perfil se ajusta más a la situación de Alacón y si en alguna de ellas tienen experiencia en la agricultura, porque nos han llegado solicitudes incluso desde Argentina, pero tenemos que ir paso a paso», afirmó.

El Ayuntamiento de Alacón y Apadrina un Olivo han trasladado esta iniciativa al Departamento de Educación para informarle de que están trabajando en el mantenimiento de la escuela. Sin embargo, es una carrera contrarreloj para garantizar la continuidad del centro, puesto que las inscripciones se deberían formalizar, según indicó Alfonso, antes de final del mes de julio.