El municipio turolense de Cella está muy vinculado con la patata. Hasta el punto que le da nombre a un tubérculo con sello de calidad y que este año, como consecuencia de la falta de lluvias también se va a ver resentido. Los productores esperan recoger la mitad que el año pasado, es decir, 400 toneladas. Pese a ello, la localidad vivió ayer una jornada gastronómica en la que cocinaron un guiso de toro con 1.500 kilos de patatas. Más de 3.200 personas pudieron disfrutar de dicho plato con el que se culminan los actos de la feria. 

Para hacerlo posible, a las 08.00 horas de la mañana ya estaban, pelapatatas en mano, medio centenar de voluntarios capitaneados por una vecina, Victoria Rubio. No solo emplearon patatas cultivadas en la zona y que son de la variedad agria, sino que estas iban acompañadas por 400 kilos de carne de toro, 140 kilos de pimientos verdes, 50 kilos de champiñones, 150 kilos de cebollas y 160 kilos de caracoles. A las 14.00 horas ya estaba todo listo para emplatar. 

El guiso fue degustado por los propios vecinos de Cella, pero también por otras localidades muy ligadas al tubérculo como Villarquemado, Santa Eulalia, Alba, Torremocha, Torrelacárcel y Villafranca. Incluso hubo comensales de Zaragoza y Valencia, puesto que cada vez es más conocido esta fiesta popular con la que se pone fin a esta feria que incluso alcanzó un récord Guiness. Fue en el año 2000 cuando los vecinos cocinaron 2.040 kilos de patatas bravas.

El objetivo de la Feria de la Patata de Cella es promocionar el tubérculo que bebe de la Fuente de Cella, un impresionante manantial que en épocas normalizadas de lluvia emanan por él la asombrosa cantidad de más de 3.000 litros de agua por segundo. Fue descubierto en la Edad Media. 

Este año en el que la sequía ha sido la gran protagonista la producción se ha visto alterada. De hecho, algunos agricultores van a dejarlas más tiempo bajo tierra, porque están verdes aún y los productores prefieren posponer la recolección. Destaca porque es de alta durabilidad y presenta una carne de color amarillento. Su textura, junto con sus niveles de azúcares debidos a la climatología, hacen que la patata sea la más idónea para dedicarla a freír. Presenta forma alargada, con un 80% de agua y un 20% de materia seca. La marca nació en el año 2011 con el compromiso de proteger y regular su cultivo y comercialización.