El ángel descuidado es una novela que trata sobre el primer amor ("un tema del que la literatura está llena"), pero sobre "el primer amor homosexual, que no aparece casi nunca en la literatura". Eduardo Mendicutti (San Lúcar de Barrameda, 1948) presentó ayer esta última obra suya en Zaragoza tras haber observado "reacciones muy normales" entre los alumnos de los institutos El Portillo y Pablo Serrano con los mantuvo coloquios matinales correspondientes al ciclo Invitación a la lectura , de la DGA y la CAI. "Para la normalización es fundamental la educación", señaló. Hoy irá a Monreal y Calamocha.

Mendicutti explicó ayer a los medios que en El ángel descuidado quiso romper la maldición de un tema que "cuando aparece va cargado de sentimientos de tortura y de culpa, de angustia y persecución". Para ello tenía que buscar un marco, una atmósfera en la que pudiera desarrollarse, "sin tener que recurrir a una isla que estuviera llena de buenos salvajes", bromeó. Y colocó la trama en un noviciado religioso masculino, cerrado al exterior, "donde además quedaba descartada la injuria, el insulto o la tortura".

La novela es el recuerdo de ese primer amor por parte de uno de los dos protagonistas, "el que más lo sintió como tal, el que llevó su homosexualidad con gallardía", quien reprochará al otro, ya casado, que no sea capaz ahora de reconocer que aquello fuera amor, lo que representa "la infidelidad de la memoria".

Eduardo Mendicutti no asume esta novela como autobiográfica en todos sus puntos, pero asegura que muestra "una gratitud hacia la Iglesia que cerraba aquello y propiciaba que surgiera ese amor entre iguales". Y siempre presente la imagen de España (como un internado y un pasado a olvidar).

Su primera obra, Tatuaje , ganó el Premio Sésamo en 1973, pero no pudo publicarse por "esa temática desaforada para la época". Eso le desanimó. Tampoco tuvo suerte en 1982 con Una mala noche la tiene cualquiera , que ganó el Ciudad de Barbastro , que después se ha convertido en la más célebre de sus obras: La historia del travesti que la noche del 23-F siente miedo de que desaparezcan las libertades "y busca la ropa de hombre que tenía antes".

Gente, explicó, que había pasado años sin poder vivir como quería y llegaban a devolverle a aquella vida anterior y arrebatarle su conquista. "Es una imagen de la evolución política del país. La metáfora de una España travestida".

Y tras repasar otras obras, en el filo de la ironía y la actitud de quien se pone, de pronto, muy serio, Eduardo Mendicutti, volvía a su última novela: "He querido ser hasta delicado. A mí me da vergüenza ser mala persona", dijo quien ha escrito El arte de ser malvado , un artículo periodístico con este remate: "Aznar debería desistir" .