Alejados de la inexpugnabilidad del castillo de Loarre, los fans que quieren ver de cerca a sus ídolos de la película El Reino del Cielo , que se está grabando en este enclave oscense, se acercan al hotel de Ayerbe, donde se alojan Bloom, Green, Neeson y Scott. Y el ambiente que ayer se respiraba a sus puertas fue mucho más intenso que el de estos días anteriores, porque el protagonista del filme, Orlando Bloom, cumplía años, 27, y fueron más de cien los y las jóvenes que esperaron pacientemente y aguantando un intenso frío en la puerta del hotel para aguardar a su más que esperada llegada, que se produjo pasadas las siete y media de la tarde.

Ajeno a estos ajetreos, una hora y media antes de que hiciese su aparición Bloom, a las seis, llegó al hotel el actor irlandés Liam Neeson. No necesitó seguridad, porque apenas había quince fans, cámara, boli y papel en mano, para hacerle una instantánea al protagonista de películas como La lista de Schlinder o Rob Roy . Neeson se detuvo, repartió sonrisas y autógrafos, preguntó los nombres a los aficionados, y aunque se negó a hacer ninguna declaración, espetó en un inglés claro un escueto "it´s great" ("es genial") cuando se le preguntó sobre sus impresiones acerca del castillo y todo su entorno.

LLEGADA DE BLOOM

Y llegó el momento estelar. A las 19.20 horas hizo una aparición, en un visto y no visto, Ridley Scott, quien no saludó a los fans y se limitó a cruzar como una exhalación la puerta del hotel. Y diez minutos más tarde, el más esperado. "Ya llega, ya llega", gritó una fan. "¡Tío bueno!", corearon varias chicas al unísono. Falsa alarma. Era un ayudante de producción. Y después otro coche. Con numerosas cestas de comida y botellas, presumiblemente para celebrar una fiestecita. Y luego un hombre con una generosa tarta de felicitación de cumpleaños.

Pero Bloom llegó. Un poco más tarde pero llegó. Y el joven actor se apeó del coche, repartió saludos, autógrafos, sonrisas e incluso besos, y recibió múltiples regalos de numerosas fans. Espontáneamente surgió una entonada canción de cumpleaños feliz en inglés ("happy birthday to you"), que se coreó largamente. Diez minutos largos pasó la estrella del celuloide recibiendo el calor del público. Dos jóvenes, al ver a la estrella bajarse del coche, conversaron: "Es bajito, ¿no?". Su amiga replicó: "Sí... ¡pero es tan mono!". Porque Bloom causó verdadero furor entre las jóvenes -y no tan jóvenes- que se arremolinaban junto a la valla intentando conseguir la mejor posición para lograr del actor un autógrafo y un beso.

Mientras tanto, alguna que otra joven intentaba sus tretas para con el actor. Una intentó colarse la seguridad (y lo consiguió) hasta ponerse a la altura de Bloom. Pero fue infructuoso. Otra, más divertida, le instaba al actor a intercambiarse los gorros al grito de "change, change" (cambio, cambio). Pero muy a su pesar, tampoco lo logró.

Aunque para divertidas, dos mujeres que paseaban tranquilamente por la calle y que, al ver la expectación levantada en la entrada del hotel, preguntaron, irónicas: "Madre mía, cuánta gente... ¿Quién viene, la Pantoja?".