LEYENDA Y ANTIMITO DEL ´GRUNGE´

Menos mal que al frente del proyecto de The last days está Gus Van Sant, cineasta riguroso y sensible, que no ñoño. En manos del 90% de sus colegas la película tendría todos los números para ser la hagiografía de san Kurt, el mártir del grunge, el chico frágil y atormentado al que una sobredosis de éxito y heroína (el tiro sólo precipitó un desenlace cantado; la teoría del asesinato es preceptiva en estos casos) se llevó por delante. Esta es la imagen con que ha pasado a la posteridad el artista más estudiado por los medios desde John Lennon. Menos extendida está la idea, igualmente maniqueísta, de que fue un tarado con talento, un freak de manual, conclusión a la que es fácil llegar si se leen sus diarios y se es un desalmado. Pero ningún director haría un filme desde esta óptica: no es cuestión de ahuyentar a los fans. Si alguien puede ir más allá del mito y del antimito, tarea en la que han fracasado un sinfín de artículos y libros, verdaderas cimas de la psicología barata, ése es Gus Van Sant. --R. V.