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Estreñidos

Si la televisión refleja la realidad, resulta que somos un país profundamente estreñido. No hay más que mirar los anuncios para que nos asalten las repetidas imágenes de esa especie de yogures que ayudan al tránsito intestinal o el diálogo de una afamada actriz, Natalia Verbeke creo, con su inodoro, con el que se acaba de reencontrar gracias a otro producto milagroso.

Parece, pues, que el estreñimiento es uno de los males actuales; y quien quiera que lo utilice asimismo como metáfora. Los conductos se atascan, lo que entra no sale por más que se empuje. Dado que no es un grave problema sanitario --se sufre en silencio, como las hemorroides--, ha sido la industria alimentaria quien se ha aplicado en su solución, o eso es lo que sostiene. Y no casualmente, la misma industria que ha logrado modificar nuestros hábitos alimenticios es la que nos vende la solución, también, faltaría más, gracias a sus elaborados.

Ciclo cerrado. Se crean necesidades desde pequeñitos y una vez enganchados, nos vienen con la solución, que también pasa por caja. El abandono de las verduras, el olvido de las sopas, la falta de frutas y otros productos crudos, como las ensaladas, se encuentra detrás de estos atascos intestinales. Tanto pan industrial, embutidos repletos de conservantes, salsas sabrosas mas poco naturales, edulcoradas bebidas, azúcar sin cuento, abuso de la sal, provocan que las visitas al servicio sean cada vez más espaciadas. ¿Y si comiéramos mejor? ¿O de otra forma? La solución está, simplemente, en organizar la despensa.

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