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MUESTRA DE UN ARTISTA TOTAL

La última gran lección de Richard Hamilton

El Centro de Arte Reina Sofía de Madrid acoge la ambiciosa retrospectiva del creador británico

La última gran lección de Richard Hamilton

Cuando el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía empezó a barajar la posibilidad de realizar no una sino la retrospectiva de Richard Hamilton el incansable artista británico estaba todavía vivo. Y trabajando, como siempre. Estaba inmerso en la escritura de su autobiografía. Los responsables de la pinacoteca empezaron a trabajar codo con codo con uno de los padres del arte pop, que, sin embargo, murió en el 2011 a los 89 años. El museo siguió adelante con el proyecto gracias a la colaboración de su viuda, la pintora Rita Donagh, que ayer, por fin, presentó la espectacular exposición junto al máximo responsable del Reina Sofía, Manuel Borja-Villel y los comisarios, Vicente Todolí y Paul Schimmel.

"Esta sería la exposición que él hubiera querido", señaló ayer la viuda del artista, tras recordar que el propio Hamilton participó en el diseño de la muestra junto a los comisarios Vicente Todolí y Paul Schimmel y que únicamente tres obras con las que en principio se contaba no han viajado a Madrid.

EXPOSICIÓN DE EXPOSICIONES Alrededor de 270 obras creadas a lo largo de 60 años de productiva y revolucionaria carrera (entre 1949 y 2011) permiten conocer la variedad de medios, técnicas y géneros que caracterizan la producción de Hamilton: pintor, grabador, dibujante, fotógrafo y, sobre todo, hombre de mente inquieta. Patrocinada por la Fundación Abertis, la exposición es la más ambiciosa hecha nunca en torno al artista, más incluso que la que organizó la Tate Modern de Londres el pasado febrero. Es la primera vez que el Reina Sofía organiza una muestra tan importante sobre Hamilton, aunque el artista no es ni mucho menos un desconocido en España. En los años 60 visitó la localidad gerundense de Cadaqués y a finales de la década se compró allí una casa y expuso su obra con regularidad.

Entre otras muchas piezas, el Reina Sofía dedica un privilegiado espacio a las creaciones más emblemáticas del británico, como la carátula de un doble disco de los Beatles (White Album) o la serie Swingeing London 67, en la que Hamilton pintó a Mick Jagger y el marchante de arte Robert Fraser, esposados, tras una redada antidrogas. O algunas de las obras que hizo antes de morir, como Shock and Awe, de 2010, en la que retrata a Tony Blair como pistolero de wéstern.

También se podría definir la retrospectiva como una exposición de exposiciones porque pone el acento en las instalaciones que Hamilton organizó y diseñó, como Man, Machine and Motion (Londres, 1955), que se como recordó Borja-Villel, es propiedad del museo, pero también se han reconstruido siguiendo Growth and Form, por primera vez desde que se creó en 1951, Lobby, an Exhibit o This is Tomorrow.

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