Un ogro reconvertido a carcelero nazi, una bella durmiente que piensa en la eutanasia y un rey que no teme a su hijo resucitado. Estos son algunos de los personajes de Ni aquí ni en ningún otro lugar (Páginas de espuma), la nueva antología de cuentos de la zaragozana Patricia Esteban Erlés.

"Los cuentos siempre dicen la verdad", explica Esteban, que entiende que los personajes más clásicos pueden adaptarse a los tiempos más actuales, porque "la verdad se puede transportar en el tiempo". Aunque la pasión por la escritura es lo que le ha llevado a publicar esta nueva colección de relatos, la autora sí que ve una misión en Ni aquí ni en ningún otro lugar: "He querido tratar temas actuales y que me preocupan, pero apoyándolos en los soportes tradicionales".

Ya con gran experiencia en el género del relato corto –Esteban ha publicado cuatro antologías de cuentos y una de microrrelatos–, la escritora zaragozana define como «apasionante» el proceso de creación de cada uno de ellos. "A mí el proyecto me vino al completo", confiesa Esteban, que desde el primer momento se vio capaz de completar esta nueva antología, que llegará a las librerías a lo largo de esta semana.

Esteban es una defensora acérrima del cuento. Lejos de la sencillez que se le presupone, la autora define al género como «un reto», que obliga "a sumergirse en el mismo universo en el que se meterá el lector cuando lea". "No tienes tiempo ni espacio, por lo que debes saber qué quieres contar", desgrana Esteban, que encuentra en el silencio "un apartado fundamental": "Es tan importante lo que dices como lo que callas".

La escritora cree que, en la sociedad española, el cuento no está tan valorado como se merece: "No se le toma en serio porque es delgado". En contra de lo que se piensa, Esteban esgrime los nombres de Galdós, Clarín o Emilia Pardo Bazán como ejemplos de que "las mejores plumas de España también han sido grandes cuentistas". Por si acaso faltan razones para recuperar los relatos de los mejores escritores nacionales, Esteban añade una solución para los tiempos tan extraños que atravesamos: "Los clásicos son antídotos contra la desesperación".

Aunque el país le haya dado la espalda a los cuentos, "porque se ha perdido la costumbre de transmitirlos", la escritora zaragozana sigue confiando en las enseñanzas de este género: "No me gusta cerrar con moralejas, pero sí me gusta que mis cuentos sirvan para que el lector reflexione". Esteban aleja la idea de que el cuento es infantil y le declara la guerra a un gigante audiovisual: "Soy anti Disney, es deshonesto y ha desvirtuado el mensaje de los cuentos".

Esteban también escribe columnas de opinión, otro espacio de creación en el que se siente "libre". "Creo que las columnas son un buen entrenamiento", explica Esteban, que las vive de la misma forma que la construcción de relatos. Aunque, frente a los cuentos, este género periodístico otorga más responsabilidad: "En la columna no te puedes esconder, mientras que en los cuentos te enmascaras en los personajes".

Las ilustraciones interiores, a cargo de la chilena Alejandra Acosta, transporta al lector a un nuevo mundo: "Alejandra ha conseguido ser una escritora con imágenes". Ello, sumado a la narrativa y a la edición en color verde con detalles dorados, hace que el libro recuerde a alguno de Hans Christian Andersen. Aunque ella, para escribir Ni aquí ni en ningún otro lugar, se fijase en Angela Carter.