Aragón es tierra de cine. Desde hace un tiempo, la comunidad se ha convertido en escenario frecuente de numerosas producciones nacionales. Pilar Palomero, cineasta zaragozana, ha elegido los Monegros como escenario de su próxima película, La maternal. Centrada en el cine realista, tras su exitoso debut con Las niñas, Palomero regresa con el drama de una niña que, con solo 14 años, debe hacer frente a un embarazo. Su vida en un centro para madres adolescentes y el constante conflicto con su madre son los pilares de la nueva producción de la directora aragonesa.

El antiguo campo de fútbol de Monegrillo cierra el viaje de diez días por la comunidad. Peñalba, Sariñena y Fraga también tienen su espacio en la película de Palomero. «Aquí estamos grabando un partido», ha explicado la directora, que ha adelantado que la escena pertenece «al inicio de la historia, para presentar el lugar del que vienen los protagonistas».

Pilar Palomero da instrucciones durante el rodaje. ÁNGEL DE CASTRO

La película, una sugerencia de la productora Valerie Delpierre a Palomero, caló pronto en la directora: «Me interesa mucho el tema de la maternidad y creo que de esta, en la adolescencia, no se sabe mucho». La investigación previa al guion llevó a la zaragozana a hablar con muchas mujeres que vivieron esta situación y a conocer a «gente muy valiente, auténticos ejemplos a seguir».

Aunque no tiene una moraleja definida, Palomero sí desea que La maternal transmita «esperanza y luz», así como conectar al público con lo que sienten estas jóvenes madres: «Quiero que el espectador descubra todo lo que yo conocí de la maternidad adolescente».

Un equipo de confianza

Lo destacaron todos los miembros del elenco: Pilar Palomero trabaja con poca gente, pero cercana. Ese reducido equipo está capitaneado por tres aragoneses: Rubén Martínez, coach y actor; Arantxa Ezquerro, responsable de vestuario; y Carmen Arbués, de maquillaje.

Martínez ha asegurado que su papel en la película es muy parecido a su tarea durante el rodaje: «Mi personaje es un apoyo a la protagonista, un rol similar al que tengo como coach, que es ayudar a los actores más jóvenes».

Ezquerro, por su parte, ha incidido en que el trabajo de vestuario también es complejo en las películas ambientadas en el presente: «Tenemos que huir de los clichés y, también, de las poses de modelo». La responsable de vestuario ha adelantado que cada personaje «tiene una gama cromática personal» que ayudará al futuro público a identificar y conocer los procesos que sufren a lo largo de la historia. La jefa de maquillaje ha explicado que retocar la vida diaria tampoco es una tarea sencilla, ya que «hay que mostrar naturalidad en todo el momento».

Ángela Cervantes es la coprotagonista de ‘La maternal’. ÁNGEL DE CASTRO

Los tres profesionales han coincidido en que el rodaje funciona «como una gran familia», en la que el entendimiento es clave. Una fluidez que, según ellos, Palomero consigue a través de juegos y misterios: «Los actores no profesionales que aparecen en la película no conocen el texto al completo». Y es que si algo caracteriza al cine de la directora es la espontaneidad: «Pilar da mucho espacio a la libertad y a la improvisación». «El elenco lleva la película de un sitio a otro, me dejo llevar», ha sentenciado Palomero.

Esta forma de trabajar atrajo a Ángela Cervantes, coprotagonista de La maternal. Madre del personaje principal, Cervantes asegura que entre las dos existe «una relación de amor–odio». «Mi principal reto en el filme es convertirme en madre», ha destacado la actriz, que se siente atraída por su personaje «por la sensibilidad, ya que es una tía atrevida que a veces necesita un abrazo». 

Aún queda mucho para poder ver en la gran pantalla La maternal, pero las expectativas ya están por las nubes. La producción de Palomero abandona tierras aragonesas y pone rumbo a Barcelona, la segunda gran localización de la película.

Un campo de fútbol que ya apareció en Jamón, jamón

No es la primera vez que el antiguo campo de fútbol de Monegrillo forma parte de una producción española. En 1992, Bigas Luna eligió esta explanada para rodar Jamón, jamón, la primera película de Penélope Cruz, coprotagonizada por Javier Bardem. Célebres son las escenas de este bajo la portería del campo y el baño de barro de Cruz en la pequeña laguna próxima al estadio. «Es un lugar maravilloso que conocí gracias a Jamón, jamón», ha comentado Palomero, que ha recordado que una de sus primeras clases de cine estuvo impartida por el propio Bigas Luna. La magia del cine rebosa en el campo de Monegrillo también para el resto del elenco, ya que Ángela Cervantes ha confesado que la localización «tiene un ambiente muy especial».

Los habitantes de la localidad presumen de este trocito de cine nacional. Alejandro Laguna, alcalde de Monegrillo, ha afirmado estar «casi acostumbrados» a la presencia de cámaras en la zona, habituales para los rodajes de anuncios y cortos. «Este nuevo rodaje demuestra que Jamón, jamón no fue una casualidad, que aquí hay un atractivo para los cineastas», ha sentenciado Laguna, abierto siempre a la llegada de nuevas producciones.