Hace casi 100 años, en abril de 1925, se constituyó una Junta para preparar los actos por el centenario de la muerte de Goya. Entre sus ideas, plantearon rodar una película sobre el pintor y uno de los proyectos inicialmente avalados estaba protagonizado por el aún entonces bisoño Luis Buñuel. Era 1926 y el de Calanda «se planteó la escritura de un primer guion que hablar de la vida de Goya desde su nacimiento hasta su muerte y que entregaría en diciembre de ese mismo año. Era un proyecto ambicioso y es el momento en el que Buñuel aprende de Goya a escribir y a soñar con imágenes». Amparo Martínez Herranz ha protagonizado esta tarde una nueva conferencia en el Patio de la Infanta del ciclo Goya, un pintor genial, organizado por la Fundación Ibercaja y la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País.

La profesora de la Universidad de Zaragoza ha explicado que el proyecto, «que nunca llegó a culminarse probablemente por los contenidos del guion», estaba planteado en torno a «dos capítulos y medio. El primero se centraba en Zaragoza en su infancia, adolescencia, época de vocación y formación y hablaba de un hipotético encuentro con la Duquesa de Alba. El segundo se centraba en Madrid y el epílogo abordaba a un Goya en el exilio recordando a la Duquesa de Alba como el amor de su vida y su motor creativo», ha dicho Martínez Herranz.

«Recurre a fuentes bibliográfica malas y caducas pero se centra de la vida de Goya en los temas que le interesan a él como el amor loco o las pulsiones amorosas y eróticas», ha explicado la profesora, que, en cualquier caso, ha calificado el guion como el de un «melodrama, ahora lo llamaríamos biopic». Sí es cierto que destaca la «propuesta estética ya que prioriza los elementos visuales sobre los narrativos y la historia es el vehículo para colocar las imágenes».

El proyecto no se llega a rodar y Buñuel no logra relanzarlo en años posteriores (se lo ofrece en los años 30 a la Paramount) pero sí influyó en su obra cinematográfica. Amparo Martínez Herranz ha desvelado con ejemplos esta influencia en escenas de películas como La hija del engaño, El perro andaluz, Los olvidados, Nazarín y Viridiana, entre otras producciones del calandino. «En el camino del guion sobre la película de Goya, Buñuel se convierte con el discurso del pintor, ve elementos que se van quedando en su obra y también le influyen mucho sus visitas al Museo del Prado cuando estaba en la Residencia de Estudiantes», ha afirmado la experta.