«Que sepas que yo nunca hablo de mis novelas», comentaba entre risas Eloy Moreno. El escritor castellonense ha estado en Zaragoza firmando su última novela, Diferente. El público zaragozano ha respondido a la llamada del novelista, llenando toda la Librería General durante la tarde.

Moreno comenzó su andadura como escritor en 2011, cuando se atrevió a autopublicar El bolígrafo de gel verde, que cosechó un éxito rotundo. «Sé de dónde vengo, de tener que publicitar mi novela y vender mano a mano los libros», ha recordado Moreno. «Aquello me unió mucho con mis lectores», ha añadido el escritor, «por lo que siempre intento mantener la relación con ellos». El novelista ha asegurado que responde a todos los correos electrónicos que recibe, aunque con las notificaciones en redes sociales le cuesta más, por su elevado número: «Me encanta leer sus mensajes, que casi nunca hablan de la novela y en los que me cuentan cosas personales o cómo se han sentido durante la lectura».

El misterio en torno a sus novelas también llega a sus portadas, muy simples, y a las pocas pistas que da antes de la lectura al comprador. «Para mí, un libro es como un regalo», ha descrito Moreno, «por lo que si lo destripas antes de comenzar a leerlo, es como si te dieran el regalo ya desenvuelto».

Si las manías de Moreno en diseño y difusión de la novela pueden parecer algo extrañas, su proceso de creación de sus distintos libros también sigue una estructura muy marcada. Por ejemplo, nunca repite temática: «Todas mis novelas son muy diferentes; no me gusta leer cosas parecidas y tampoco escribir cosas parecidas». Esta forma de trabajo también hace que Moreno no se vea, en un futuro, escribiendo una saga. «En la actualidad, muchas trilogías son un gran libro partido en tres», ha reflexionado el autor, que ve en la potencia de sus finales la razón para no seguir con la historia: «El final es la parte más importante para mí, la que tiene que ser más potente y dejar un mejor sabor de boca». El cierre de sus novelas es tan importante que «es la primera parte que preparo de cada libro». «Me facilita mucho las cosas, porque siempre sé hacia dónde debe seguir la narración», ha destacado Moreno. Ni siquiera el cariño por un personaje consiguen que cambie de opinión: «Aunque me duela, si un personaje tiene que padecer algo negativo, lo mantengo, para que funcione la trama».

Diferente narra la historia de una chica superdotada con varios enfermedades graves que lucha por encajar en el mundo. Diferente, como no podía ser de otra manera, es distinto, también en su final: «Por primera vez en toda mi carrera, he dejado un final un poco abierto, para que el lector piense qué sucede en realidad».

Entre finales preparados antes que la trama y acciones controladas, Moreno plantea una literatura rápida, de escenas cortas y que engancha al lector desde la primera página. «Al final, escribir con capítulos de tres o cuatro páginas hace que el lector no sea capaz de soltar el libro», ha destacado Moreno, que ve en esta ágil construcción un pequeño engaño a sus lectores: «Los episodios breves te muestran que puedes parar la lectura en cualquier momento; por contra, también hacen que quieras leer un poco más».

Diez años después de haber comenzado su carrera como escritor, su anterior vida sigue presente en cada uno de sus novelas. Moreno era programador informático y su trabajo con los ordenadores le sigue sirviendo para construir sus historias: «Los procesos que debía seguir y el funcionamiento de las máquinas se parece a mi forma de construir las historias». Porque todos sus libros mantienen una estructura similar, compuesta por varias historias, «que funcionan como los planos diferentes de una cámara en una película». «Siempre tengo dos historias obligatorias, una en primera persona y otra en tercera, y luego voy añadiendo según necesito», ha explicado Moreno, que en Diferente reúne hasta tres acciones distintas, que suceden en espacios y en tiempos diferentes.

Moreno sigue creciendo como autor con el que es ya su noveno libro. Diferente mantiene su clásico estilo, «inspirado en Roal Dahl y en Tim Burton», y sigue siendo un quebradero de cabeza para los libreros: «Muchos me dicen que no saben en qué sección colocarlos». Ahí, en las librerías, es donde Moreno vuelve a reunirse con un público deseoso de volver a charlar por unos minutos con su escritor favorito: «Por fin podemos volver a emocionarnos juntos».