El Paraninfo de la Universidad de Zaragoza acoge hasta el próximo 26 de marzo la primera gran retrospectiva de la artista zaragozana Alicia Vela (Villalengua, 1950). Rastros ha seleccionado pinturas, grabados y dibujos de su primera época, aquellas obras realizadas entre 1982 y 2007, dejando fuera las creaciones más recientes como sus instalaciones e imágenes digitales. «Su obra es enorme y excelente, así que ha sido muy difícil y doloroso elegir», ha reconocido este jueves en la presentación la comisaria de la muestra, la profesora Carmen Abad Zardoya. 

La artista zaragozana Alicia Vela (izquierda) ha presentado este jueves su retrospectiva en el Paraninfo.

Rastros está lejos de ser una retrospectiva convencional. Tanto en las obras expuestas como en los textos firmados por la autora y repartidos por las paredes de las salas Goya y Saura, Vela se contempla y se desdobla de la misma manera que su alter ego de ficción –la Alicia del ilustrador John Tenniel– lo hace en las páginas escritas por Lewis Carroll. Así, la exposición se muestra como una imagen especular en la que Vela se busca al otro lado del espejo para descifrar su existencia como mujer y como artista, uno de los propósitos que han guiado la obra de la aragonesa desde sus inicios. «En Rastros he ido cogiendo piedrecitas y he seleccionado las que más me interesaban para crear un recorrido en el que muestro que mi camino escogido es el arte», ha explicado la artista zaragozana, que a lo largo de los últimos años ha expuesto en nueve países de tres continentes

«Creemos que ya se estaba tardando en hacer una retrospectiva de su trayectoria, por eso nos enorgullece que sea aquí en la universidad», ha subrayado Carmen Abad. «Alicia Vela puede considerarse un referente indispensable en la escena aragonesa y en la reivindicación del papel jugado en ella por las mujeres», apunta en uno de los textos del catálogo de la exposición el crítico de arte Alejandro Ratia.

Como un espejo

Siguiendo esa premisa del concepto del espejo, Rastros aprovecha la propia construcción arquitectónica del Paraninfo para representar esos dos lados: mientras en la sala Goya las obras de Vela se muestran de una forma «densa y sólida», en la Saura se muestra la otra dimensión de la realidad, más «evanescente». Todas las piezas, así, dialogan entre ellas. Es el caso de los lienzos que coronan el frontal de las dos salas: Deseos rotos, que muestra los conflictos de una pareja bajo el mismo techo, y Escenarios irreales, en la que una amazona traza un arco sobre la ciudad nocturna.

La exposición de puede visitar de forma gratuita.

Las obras de Rastros no forman parte de una misma serie ni de una misma década. Por eso, las conexiones entre las obras obedecen a lógicas creativas (no temporales) y comparten vivencias, reflexiones, referencias estéticas, literarias o musicales. 

La sala Goya acoge los lienzos y grabados de mayor formato. En ella se pueden contemplar obras de simbología más abstracta que no olvidan del todo las formas figurativas, como por ejemplo las pinturas que imitan o recuerdan las células de la piel. «El arte también está hecho para que el espectador lo contemple y saque sus propias conclusiones», ha subrayado Vela.

Intervención artística

En la sala Saura, los dibujos son los principales protagonistas, unas obras que reposan directamente sobre la pared con unas chinchetas para «no romper esa relación más directa». Algunas de esas piezas reflexionan sobre la inmigración como por ejemplo Ángeles caídos o Cerrando bocas, confirmando que muchas de sus propuestas van cargadas de mensaje. Las relaciones entre ciencia y arte o su fascinación por los dibujos de Ramón y Cajal también están muy presentes en una sala que se abre con una intervención artística realizada por Vela directamente sobre la pared. En ella, las moscas, las libélulas y las hormigas observan al espectador a través de un árbol de ramificaciones nerviosas.

La exposición, que será inaugurada este jueves a las 20.00 horas, podrá visitarse de forma gratuita de lunes a sábado de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 21.00 horas.