El historiador, escritor y Premio de las Letras Aragonesas de 2017, José Luis Corral, colaborador de este diario, publicará el próximo 10 de marzo su novela número 26: Matar al rey, en la que vuelve a la Castilla del siglo XIV para sumergir al lector en unos de los reinados más sangrientos de la historia de España: el de Alfonso XI El Justiciero, y Pedro I, El Cruel. El escritor aragonés ha necesitado dos volúmenes para narrar este apasionante periodo, por lo que a finales de octubre publicará una segunda parte que llevará por título Corona de sangre. Amores prohibidos, pactos envenenados, sed de justicia y hombres despiadados se hilvanan en una historia llena de intriga y violencia propia de la serie Juego de tronos, como indica el propio Corral.

Con 'Matar al rey' vuelve a la Castilla del siglo XIV y a la etapa histórica en la que es más reputado como novelista. ¿Qué le atrapa tanto de esa época?

Una de las cuestiones que pretendo trasladar a los lectores cuando escribo novelas ambientadas en la Edad Media es cambiar esa visión tan oscura, triste y sucia que se tiene sobre la época. Fue una etapa mucho más luminosa, brillante e intelectual de lo que se piensa. Por ejemplo, en la novela que publiqué en 2010 El amor y la muerte: la tragedia de Eloísa y Abelardo reflejo ese París de principios del siglo XII con tanta intelectualidad y ese origen de las universidades. Algo muy alejado a lo que se nos presenta habitualmente en películas y series de televisión. Desmontar esos mitos me apasiona. Casi la mitad de mis novelas están ambientadas en la Edad Media. El salón dorado fue la primera y luego llegaron otras como El invierno de la corona, El Cid, El caballero del tempo...

Asegura que los reinados de Alfonso XI El Justiciero, y Pedro I, El Cruel han sido de los más sangrientos de la historia de España.

Fue una época muy cruel. En Matar al rey se refleja sobre todo los acontecimientos del reinado de Alfonso XI, al que le acompañó la tragedia desde muy pequeño porque su padre Fernando IV murió cuando él tenía apenas un año. Todo eso generó muchas disputas entre los aspirantes a ostentar la regencia. Y luego su vida fue igual de convulsa, con muchas confabulaciones e intrigas de Corte. Por no hablar del apartado personal y amoroso con su amante Leonor de Guzmán, llamada La favorita, con la que nunca se casó y con la que despreció a su esposa María de Portugal. Esa relación, de hecho, es el hilo conductor de esta primera novela. En la segunda, que aún la estoy escribiendo, ya abordo por ejemplo toda esa historia de los hijos de Leonor, los Trastámara, enfrentándose a muerte con Pedro I, hijo de Alfonso XI. 

Ambos reinados cuentan con tintes muy novelescos y un gran potencial dramático.

Totalmente. De hecho, en estas dos novelas no me ha hecho falta inventarme ningún personaje porque casi todos ellos son muy novelescos. Esa corte llena de enfrentamientos, asesinatos de hermanos que matan a hermanos, envenenamientos... Una violencia y crueldad tremendas. Entre las élites dirigentes y también debido a la opresión de los nobles castellanos contra los campesinos de sus tierras. Por eso digo que la serie Juego de Tronos no es nada comparado y se queda corta con las intrigas y la violencia de Castilla en el siglo XIV. No hay que olvidar tampoco la guerra entre el Reino de Granada y el de Castilla o el enfrentamiento con la Corona de Aragón, una guerra fronteriza que supuso el saqueo de los territorios entre ambos reinos. Por todo ello, siempre digo que esta época, tras la Guerra Civil del 36, es el periodo más violento y de mayor crueldad política de la historia de España. 

"'Juego de tronos' no es nada comparado con las intrigas y la violencia de Castilla en el siglo XIV"

Toda esa violencia se repite de forma cíclica a lo largo de la historia. Se ve hoy con claridad en Ucrania. ¿La guerra es algo inherente al ser humano?

Así lo indica la historia hasta ahora. Al menos desde que tenemos los primeros registros escritos hace 4.700 años. Pero incluso mucho antes, porque los restos arqueológicos nos han aportado constancias de invasiones y guerras despiadadas ya en la época pre y protohistórica. Lo que está claro es que desde que existe la historia y tenemos documentos escritos hace 4.700 años no ha habido un solo día de paz y sin guerra en el mundo. Siempre ha habido un conflicto en África, en Asia, en América o en Europa. Así que, si no es algo inherente al ser humano, desde luego lo ha acompañado desde el Neolítico o incluso antes y hasta nuestros días.

¿Todo aquello de no repetir los errores del pasado es algo casi naif?

Lo que está claro es que el ser humano no escarmienta. No aprende que las luchas por el poder se traducen casi siempre en violencia y en guerra. Ahí está el caso de Europa, donde nos creíamos vacunados contra los conflictos bélicos. La guerra de los Balcanes nos demostró que no es así y ahora la de Ucrania nos lo vuelve a recordar. Lamentablemente, creo que la guerra va a estar presente en la historia de la humanidad por bastantes años, porque no aprendemos. Napoleón decía a sus generales que leyeran historia para que no se equivocaran, pero él se equivocó precisamente por eso, por no hacer caso a la historia.

¿Los momentos más convulsos son caldo de cultivo para posiciones extremistas?

La libertad se gana, pero hay que defenderla. Si nos olvidamos de nuestros derechos y nos relajamos en la defensa de las libertades nos equivocaremos y estaremos condenados a que haya una época de regresión. Hablando en concreto del conflicto en Ucrania, lo que ha conseguido por el momento Putin es asentar movimientos nacionalistas y ultranacionalistas en algunas zonas de Europa. Y algo más grave todavía, ha provocado que los Estados de todo el mundo se rearmen. China está invirtiendo más en armamento, Alemania ha anunciado que va a destinar 100.000 millones de euros a fortalecer sus fuerzas armadas... Putin ha conseguido de momento que las fábricas de armas estén en plena producción y solo por eso merece ser considerado uno de los grandes canallas de los primeros años de este siglo XXI. 

Escribió su primera novela en 1996 y lleva 26. ¿Qué le mueve a seguir escribiendo?

Lo que quiero es seguir difundiendo la historia, que la gente que lea mis novelas aprenda o se interese por ella. Siempre digo que la historia es maestra de vida. Desgraciadamente, en España la gente no lee mucha historia pero sí mucha novela histórica, que al final es una mera herramienta. Además, me encanta escribir. También he publicado 35 ensayos de historia. Si las cosas se escriben bien, a la gente le gusta la historia.