Parece mentira que una novela publicada hace más de un siglo, y además de un autor tan conocido como Emilio Salgari, sorprenda hoy en día. Y sin embargo Las cavernas de los diamantes, que acaba de publicar Verbum en su colección infantil y juvenil, lo consigue por varios motivos. El primero es el argumento de la novela, definida pudorosa como una reduzione o adaptación, cuando en realidad podría hablarse de plagio bastante descarado de Las minas del Rey Salomón. Salgari, que por cierto firmó la novela con seudónimo, se apropia sin recato de la trama ideada por Henry Rider Haggard y sobre ella construye su historia, cambiando el nombre y nacionalidad de los protagonistas. Así, el Quatermain original pasa con la mayor sutileza posible a llamarse Quatremain, y el inglés que contrataba al aventurero aquí es un italiano de apellido Falcone.

A partir de ahí, lo que ofrece esta novela es aventura a raudales con las peripecias de una expedición que atraviesa la entonces muy misteriosa y exótica África en busca de esas minas (perdón, cavernas) que prometen riquezas sin igual a quien las encuentre. La acción no da tregua en ningún momento, con escenas que describen tanto cacerías organizadas por el mero hecho de matar un elefante como encuentros con las tribus indígenas, típicamente atrasadas y temerosas del hombre blanco. Es decir, episodios que hoy quizá horroricen a alguien, pero que al mismo tiempo dejan sin aliento al lector por la intensidad que Salgari consigue imprimir a su narración.

El estilo contribuye también a ese ritmo trepidante, con frases que sin desdeñar la precisión descriptiva resultan muy adecuadas a la narración más dinámica. Por cierto, algún aragonesismo se ha introducido en esta versión, que se explica sin duda por ser el zaragozano Luis Dionis quien se ha encargado de traducir por primera vez al español esta novela.

'LAS CAVERNAS DE LOS DIAMANTES'

Emilio Salgari

Verbum

236 páginas