América Latina es ese espacio a miles de kilómetros de España que no deja de aparecer en las noticias por sus constantes cambios. Aunque lejos en lo geográfico, su conexión con el país es innegable. «Estoy sorprendido de la buena acogida del público y de la crítica», confesaba Carlos Granés, autor de Delirio americano, un voluminoso ensayo sobre el siglo XX latinoamericano que este viernes ha presentado junto a Daniel Gascón, escritor aragonés y colaborador de este diario, en el Laab de Zaragoza.

Sin embargo, para el autor colombiano sí es «lógico» el interés que los lectores españoles pueden tener en lo que ha pasado en su continente en el último siglo: «El público español se va a dar cuenta de que muchas de las cosas que han sucedido en América Latina no le son nada extrañas». Conocidas o no, este nuevo libro de Granés pretende arrojar luz en sucesos que aún hoy cuesta comprender: «Ni los europeos ni los latinoamericanos sabemos qué ha sucedido realmente en Latinoamérica».

El imponente estudio de 600 páginas de Granés arranca con el asesinato de José Martí y concluye, a modo de epílogo, con la muerte de Fidel Castro y la continuación del castrismo en Cuba. Dos sucesos muy distintos pero, a su vez, conectados, como casi todos los que han tenido lugar en América en los últimos cien años: «El libro hace que se encuentre coherencia en sucesos que parecen muy aislados».

«Es una historia que por falta de nexos parece mucho más caótica de lo que realmente es», ha contado Granés, que se ve en esta obra como «un ensayista que también toma el papel de historiador de las ideas». Así, con un juego entre objetividad y subjetividad, el escritor colombiano refleja sin adjetivos los grandes sucesos latinoamericanos y, a la vez, opina sobre los efectos que estos tuvieron.

Delirio americano no es solo un estudio sobre la política, sino que deja un hueco fundamental a la cultura. «Las élites que han dirigido los países en Latinoamérica eran las mismas que escribían poemas o dirigían periódicos y medios de comunicación», ha explicado Granés, que considera propio de «los países jóvenes» esta mezcla de dirigentes y altas personalidades de la cultura. García Márquez o Vargas Llosa son los últimos ejemplos de una corriente que ha fabricado políticos a la vez que sacaba hacia delante carreras literarias. «Sin entender lo que pensaba la gente de la cultura no se puede entender las decisiones de los mandamases», ha sentenciado.

Y entre unos y otros, para Granés, una sola figura se encumbra. «El personaje más importante del siglo XX latinoamericano es Perón», ha lamentado el autor, que ve en el general argentino el inventor de «un fenómeno muy útil para los políticos y muy efectivo para controlar el poder».