La jota aragonesa lleva años batallando por ser declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La iniciativa viene de lejos, pero se intensificó sobre todo a partir de 2018 gracias al trabajo y el impulso de la Academia de las Artes del Folclore y de la Jota de Aragón. Ese mismo año logró que las Cortes aprobara una proposición no de ley a favor de la inscripción de la candidatura de la jota en la famosa lista de la Unesco, mientras que un año después consiguió lo mismo en el Congreso de los Diputados. Un apoyo, el de Madrid, que se adivina clave para alcanzar el objetivo final.

Ahora el principal cambio en esta carrera de fondo responde casi a una cuestión semántica. La academia siempre ha defendido la candidatura de la jota 'aragonesa', una coletilla que sí se detalló por ejemplo en las dos proposiciones no de ley mencionadas. Sin embargo, el guion ha dado un giro en este sentido y la propuesta con la que trabaja desde hace unos meses el Ministerio de Cultura es la de una candidatura conjunta que engloba a 15 comunidades autónomas y que por tanto no incluye esa coletilla de 'aragonesa'. Así, el planteamiento es que toda la jota sea declarada Patrimonio Inmaterial, tanto la de Aragón, como la de Castilla o Navarra, entre otras.

«Los funcionarios del ministerio siempre nos habían dicho que no podíamos ir solos y Miquel Iceta nos planteó en julio del año pasado que si abríamos la candidatura a otras comunidades tendríamos puente de plata», explica el presidente de la Academia de las Artes del Folclore, Carmelo Artiaga, que reconoce que la pretensión inicial era que se incluyera esa coletilla de jota 'aragonesa'.

Ese cambio de nomenclatura se acepta ahora pensando en conseguir el objetivo final, pero siempre que la comunidad sea la que encabece el proyecto. «Siempre que Aragón lidere la iniciativa y ese liderazgo sea manifiesto y palpable nos parece bien, algo que por cierto ya nos aseguró el ministro Iceta el verano pasado y que nos garantizó la pasada semana el consejero Felipe Faci», indica Artiaga.

El director de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, Nicolás Espada, con el presidente de la Academia de la Jota Aragonesa, Carmelo Artiaga. JAIME GALINDO

La reunión del Consejo de Patrimonio, en otoño

A efectos prácticos, ese liderazgo supondrá que se tendrán en cuenta y se incluirán las «directrices» marcadas desde Aragón en las mesas de trabajo en las que se va a elaborar la candidatura (y en las que participan representantes de las 15 autonomías). Para escenificar el citado liderazgo aragonés, la intención y el deseo de la DGA es que la reunión anual del Consejo de Patrimonio Nacional se celebre en Zaragoza a finales de octubre o principios de noviembre.

A fin de cuentas, es ese consejo el que debe aprobar la candidatura oficial que España presentará a la Unesco. Cuando eso suceda, comenzará otro largo camino de al menos «dos a cuatro años» hasta que la jota (si todo va bien) se incluya finalmente en la lista y sea declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. «La inscripción en el listado de las tamboradas necesitó de once años», advierte Artiaga, que recuerda que el Ejecutivo Autonómico declaró la jota aragonesa Bien de Interés Cultural Inmaterial en el año 2013.

El apoyo de todo Aragón

En su carrera de fondo, la Academia de las Artes del Folclore no ha dejado de recabar apoyos en estos últimos años. Entre otros, el de los 732 municipios aragoneses y el de numerosos artistas. La candidatura acaba de sumar otro socio más, ya que EL PERIÓDICO DE ARAGÓN se ha adherido hoy mismo al manifiesto.

La pregunta ahora es obligada. ¿Qué supondrá que la jota sea declarada Patrimonio Inmaterial por la Unesco? Para empezar, implicará situarla a la misma altura que otros bailes tradicionales y expresiones artísticas como el flamenco o el tango, pero además conllevará una serie de «medidas de salvaguardia», como indica Artiaga: «Por ejemplo, permitirá afrontar la ansiada regulación de la enseñanza y la gente que quiera estudiar jota lo podrá hacer en centros públicos. Eso conllevará mejores condiciones para los profesores y puestos fijos, porque no hay que olvidar que ahora muchos de los profesores tienen que hacer kilómetros y kilómetros para sacarse un sueldo raspado y otros imparten sus clases después de su jornada laboral», explica el presidente de la academia, que también apunta que, al entrar en la lista de la Unesco, la jota podrá acceder a «un abanico más grande de subvenciones». 

Un programa de actos impulsará la candidatura hasta otoño

La candidatura de la jota para que sea declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad va a vivir unos meses intensos hasta que el Consejo de Patrimonio Nacional apruebe oficialmente la solicitud y España la presente a la Unesco. Previsiblemente, eso sucederá el próximo otoño. Hasta entonces, el Ejecutivo autonómico y la Academia de las Artes del Folclore y de la Jota de Aragón van a programar una serie de actividades con el objetivo de impulsar la candidatura. Así, está previsto que diferentes localidades de la comunidad acojan actuaciones y exposiciones en torno al mundo de la jota para calentar motores de cara a la reunión del Consejo.