Si por algo se ha caracterizado Pirineos Sur en estos casi 30 años es por el gran abanico de estilos a los que abraza sin complejos. Y este fin de semana, el más largo de programación, es un buen ejemplo del crisol de estilos musicales que puede cobijar el festival bajo el manto del valle de Tena. Anoche fue el turno del mestizaje de Macaco y la actualización de la tradición gallega de Tanxugueiras. Pero durante tres jornadas más, en el Festival Internacional de las Culturas se podrá disfrutar del flamenco con toques electrónicos de Fuel Fandango, de los ritmos africanos de Amadou & Mariam, de la infalible fiesta de Crystal Fighters, del nuevo indie de raíces de Tu Otra Bonita y, para terminar, la versatilidad a las voces de B Vocal.

La noche comenzó con una de las sensaciones musicales más llamativas de los últimos meses: Tanxugueiras. El trío femenino gallego se dio a conocer gracias a postularse como representante de España en el concurso de Eurovisión. No ganaron, pero su fusión de música tradicional de su tierra y nuevos sonidos sumado a la fantástica puesta en escena impactaron tanto al público ávido de una renovación del folk, como al que buscaba un buen espectáculo musical. Y algo similar se vivió anoche en Lanuza, un marco que aportó más autenticidad y originalidad a su propuesta.

El público levantó el vuelo

Ataviadas con sus siempre llamativos trajes y sus inseparables panderetas, fueron capaces de arrancar los primeros vítores nada más comenzar su actuación, con 'Fachenda' y 'Desidia'. Acompañadas de doble y contundente percusión y su buena presencia escénica fueron desgranando la mayoría de los últimos 'singles' que han ido publicando durante los últimos meses: 'Desidia', 'Averno', 'Pano Corado'... La buena predisposición del público que acudió a primeras horas a las gallegas ayudó a levantar aún más el vuelo, para llegar pletóricas a un último tramo en el que destacaron 'Cambia todo', 'Figa' y, la muy esperada, 'Terra'. 

El público disfrutó con el concierto de Macaco. JAIME ORIZ

Por su parte, Macaco jugaba casi en casa. Actuó en un lejano 2004, cuando el barcelonés casi comenzaba a dar sus primeros pasos en solitario (salió de otra ilustra banda que hizo de Lanuza casi su casa, Ojos de Brujo). Su música es un reflejo bastante fiel de lo que significa el espíritu de Pirineos Sur: compromiso, respeto (homenaje incluido al colectivo LGTBI con el tema 'Ovejas negras'), hermandad, fusión musical… Y precisamente es lo que ofreció en su concierto, en el que sacó pecho y demostró que puede presumir de una carrera bien nutrida de buenos éxitos.

Despegó con una gozosa introducción de ritmos africanos para poco después, recurrir al reggae de 'Vívela'. Con el anfiteatro ya caliente no tardó más en regalar a su público la infalible 'Moving'. Todo fue hacia arriba. Ya sin miedo, Dani Macaco y su banda no tuvieron remilgos a sumergirse en 'sonidos de los más variados: soukous, jazz, funky, rumba (con un largo homenaje al género con un mix de versiones de Kiko Veneno y Rosario Flores, Peret, Los Delinqüentes y C. Tangana, entre otros) o incluso guiños al tango). Y tras una aplaudida y larga jam session, con 'Volar' manejó al auditorio a su antojo. Arriba, abajo. Arriba, abajo. Para sin dar descanso entonar 'Todo lo que quiero'. Cerró con 'La mano levantá' y 'Coincidir', pero el éxito ya lo tenía asegurado desde hacía muchas canciones. Fueron casi 20 años, pero la espera mereció más que la pena.