El último trabajo de Carlos Saura es un documental titulado 'Las paredes hablan' sobre la pulsión en el arte, la necesidad de crear desde los orígenes del ser humano, para lo que establece una conexión entre las primitivas pinturas de las cuevas y las que emergen en las ciudades de mano de los grafiteros.

Saura tenía previsto presentar su película este miércoles en el Festival de San Sebastián, pero una caída sin consecuencias graves le ha impedido viajar y participar en la gala de RTVE en la que tendrá lugar el estreno del filme.

El director aragonés se acerca a este proyecto con la curiosidad intacta, como entrevistador y conversador que recoge conocimientos sobre la evolución del arte y el impulso artístico.

"Mi carrera es una carrera fulgurante hacia atrás, cada vez más en sintonía con el arte de hace 30.000 años", dice Miquel Barceló, que tira el hilo al comienzo de la película hacia los autores de las pinturas rupestres descubiertas en cuevas como las de Altamira y Tito Bustillo, en España, y Chauvet y Lascaux, en Francia, de las que se habla en el documental.

El paleontólogo Juan Luis Arsuaga, el fotógrafo, pintor y profesor Pedro Saura -no le unen lazos familiares con el realizador- y artistas urbanos, o muralistas, o grafiteros, como Suso33 y Musa 71, hablan y reflexionan, e incluso trabajan, ante la cámara de uno de los grandes directores de cine español, que se ha enfrentado con 90 años a este nuevo proyecto y lo ha hecho "con la mirada despierta".

El rodaje

Lo dice Suso33, que en un encuentro con Efe junto a la productora María del Puy Alvarado y la hija del cineasta, Anna Saura, afirma que durante el tiempo que compartió con Saura en su estudio se sintió "como si estuviese con un niño emocionado".

Su hija corrobora ese carácter de hombre curioso y volcado en lo que hace, que durante años ha estado tomando fotografías de grafitis por todo el mundo. Lo descubrió el equipo de la película el día que llegó con un "pincho" que contenía 200 de esas imágenes, señala Alvarado.

A partir de una idea de José Morillas, guionista junto a Saura del documental, el rodaje se inició en abril de 2021 y se extendió con filmaciones intermitentes durante un año en 14 emplazamientos diferentes de la península, como Madrid, Barcelona, Salamanca, Valladolid, Asturias y Santillana del Mar, en Cantabria, donde se encuentran Altamira y la neocueva para la que Pedro Saura realizó pinturas y grabados.

Durante esos meses el rodaje se cerró y reabrió más de una vez, lo que sumó horas de grabación para el montaje, del que se encargó Vanessa Marimbert, ganadora de un goya en 2021, una labor que Saura siguió también con atención.

Alvarado cuenta que Saura pintaba y dibujaba cada día durante el rodaje. "Se llevó sus acuarelas. Estás todo el día filmando y acabas agotado ¿en qué momento te pones a pintar acuarelas?", se pregunta la productora.

Próximos proyectos

"Él lo hace sin ningún fin, porque le gusta", asegura su hija, que cuenta que tras esta experiencia, también se ha comprado algunos sprays que aún no ha utilizado. Sigue además con su inseparable cámara compacta colgada al cuello por si surge una imagen que crea que merece la pena captar.

Anna Saura añade que cuando está con un proyecto "se embarca al cien por cien, no hace otra cosa", por lo que tras haber puesto punto final a 'Las paredes hablan' continuará con el siguiente de los que tiene entre manos, la obra de teatro sobre Federico García Lorca, que va a iniciar ya los ensayos. También está sus planes la serie sobre el poeta andaluz y una película sobre Montserrat Caballé. Además, para el próximo año tiene en agenda dos exposiciones, una de ellas en la India organizada por el Instituto Cervantes.