El Colegio de Arquitectos de Aragón ha hecho entrega este lunes de sus tradicionales premios García Mercadal, los cuales han celebrado su trigésimo séptima edición, coincidiendo con el día mundial de la Arquitectura. Dos menciones y cinco accésit que acompañan al galardón principal, el Premio Fernando García Mercadal, que este año ha sido otorgado por unanimidad a Sergio Sebastián Franco, de Sebastián Arquitectos. La gala ha contado con la presencia de varias autoridades políticas, como el consejero de Vertebración de la DGA, José Luis Soro, o el director general de Urbanismo, Carmelo Bosque, además del decano del Colegio de Arquitectos, Pedro Joaquín Navarro.

La obra premiada en cuestión es la ampliación y reforma de la sede social de la MAZ en Zaragoza. Según el fallo del jurado, se reconoce la "enigmática, actual y atractiva fachada" de la obra, la cual ha sido "trazada sobre la existentes anteriormente de 1967, respetando su aparejo de ladrillo y tamaño de huecos". También destacaron el interior del edificio, el cual presenta "un espacio de oficinas sorprendente en su apreciación volumétrica", resaltando asimismo el "tratamiento de la luz", la "calidad de ejecución" y la "organización" de la planta.

El ganador del García Mercadal, Sergio Sebastián, ha asegurado a este diario que la arquitectura se enfrenta a "grandes retos" que no difieren en exceso de los que "ya ha tenido". Entre ellos, afirma el arquitecto, se encuentran el "intentar que nuestros edificios sean más sostenibles, igualitarios y accesibles, causando un menor impacto en el medio. Sobre todo, me gusta emplear el término de la sensatez. Deben ser edificios más sensatos". También ha querido subrayar la importancia de la "gestión de los equipamientos e inmuebles en desuso o en un uso no adecuado". "Es nuestra obligación intentar que se pongan en valor y en funcionamiento, e intentar integrar todo esto en una sociedad cada vez más sana y sostenible", ha sentenciado Sebastián.

Sergio Sebastián (derecha) ha recogido el premio García Mercadal este lunes. ANDREEA VORNICU

Y es que, si ha habido dos palabras que se repitieron a lo largo de toda la entrega de premios, esas fueron "diseño" y "salud". En ese sentido, el decano, Pedro Joaquín Navarro, ha señalado que el urbanismo debe tener un papel que "persiga el aumento de las condiciones de salud de sus habitantes". Algo que ha refrendado el consejero de la DGA, José Luis Soro: "La arquitectura debe fomentar el crecimiento sostenible, con edificios que consuman el mínimo de energía posible. Es algo que debe servir para atajar la crisis político–energética que estamos viviendo, pero también para el largo plazo". En ese sentido, Soro ha aseverado que la arquitectura es un "aliado irrenunciable" para la lucha contra "el cambio climático y la contaminación" y que no debe ser concebida únicamente como un "lujo cultural".

Resto de premios

Las menciones en accesibilidad y medioambiente fueron a parar a la reurbanización de la Plaza España de Épila y a una vivienda unifamiliar de Barbastro (CV/ Virgen del Plano, 12), respectivamente. Los accésit, por su parte, fueron cinco: el de edificación de uso residencial, para un edificio de 40 viviendas en Cuarte de Huerva (C/ El Plano, 35–41); el de edificación y equipamiento de uso no residencial, al nuevo edificio RDi de Saica del polígono El Espartal, situado en la carretera de Castellón; el de restauración e intervención en el patrimonio histórico, a la restauración de ermitas en el Camino de Santiago a su paso por Aragón, en Ruesta y Sigües; el de rehabilitación, arquitectura interior y arquitectura efímera, a la nueva estación de viajeros de Canfranc, y el de fomento y difusión de cultura arquitectónica, al trabajo 'Aquitectura contemporánea en la provincia de Zaragoza (1980-2020)'.