El Periódico de Aragón

El Periódico de Aragón

RESEÑA LITERARIA

Crítica de Javier Lahoz de 'El cuaderno prohibido': El fantasma de la libertad

Seix Barral vuelve a recuperar un libro que ya relanzó hace un tiempo la editorial zaragozana Contraseña y cuyo original se escribió en la década de los años 50

La escritora Alba de Céspedes.

Este libro me ha dejado descolocado. No sabría muy bien explicar por qué, pero las palabras que la autora hizo escupir a su protagonista, Valeria, a principios de los años 50 tienen una fuerza muy poderosa que a día de hoy merecen su sitio y su análisis. La redacción de un diario tiene mucho de pornografía porque entiendo que es el mejor vehículo para que la intimidad cobre forma y evite tomar precauciones. Los desahogos necesitan receptores y nadie mejor que unas páginas en las que cualquier temor o inquietud quedan inmortalizados. Esta es la historia de una mujer atada a las convenciones que ve cómo su mundo se transforma, cómo sucumbe a sus expectativas de ascenso social, cómo se niega a ir más allá cuando se aburre del más aquí y cómo batalla contra sí misma cuando algo se despierta en su interior.

Alba de Céspedes fue una exitosa escritora que hay que recuperar porque su prosa está llena de matices, agujas punzantes que lanza en múltiples direcciones y que sabe clavar donde más duele. Algunas de sus novelas se prohibieron, en varias ocasiones fue detenida y, como jamás se puso límites, se permitió escribir un guion para que lo dirigiera el mismísimo Antonioni, cosa que en efecto el director hizo. En sus historias caben la insatisfacción, el desgarro, el dolor, la búsqueda y la necesidad de salir del encorsetamiento que en aquella época pretendía señalarla, obligándola, como a tantas otras, a permanecer quieta y a no hacerse preguntas.

Yo afirmo que 'El cuaderno prohibido', cuya lectura he terminado hace apenas unos minutos, es una joya. Lo conocí no hace mucho tiempo editado por la editorial zaragozana Contraseña, y ahora ha sido Seix Barral la que le ha dado nueva vida. Esta mujer sabe de lo que habla. Y lo hace con la pasión de quien no renuncia a las ilusiones y con la certeza de que las cosas fueron y serán de otra manera, pero que el presente suele ser el tiempo de las dificultades y de las renuncias. Su literatura está llena de metáforas y no faltan significados en el hecho de dejarse atrapar por el miedo cada vez que escribe a escondidas en esa pequeña libreta negra que puede ser algún día descubierta por los suyos, esos ingratos que le roban espacio y libertades. En su entorno familiar han dejado de verla como una persona que ansía darle vida a los años y soñar con aventuras que la inviten a pensar que todavía hay experiencias que la aguardan.

Lo desconocido como tentación

La narradora evoluciona conforme las páginas se suceden, y es seguramente el refugio en su diario lo que contribuye a que aprenda a mirar con otros ojos y huya de la cerrazón que a veces parece invadirla. Me gusta que dude tanto, me gusta que no comprenda, me gusta que descubra que algo no funciona bien y que no sepa darle nombre. En cualquier tiempo y en cualquier contexto la alarma siempre suena cuando la rutina se desestabiliza de repente, sin avisar y sin que quede claro qué es lo que provoca esa intoxicación del aire. Inevitable parece que a partir de entonces nada de lo concerniente a la convivencia vuelva a ser como era, aunque no todos sean capaces de percatarse de ello. Lo desconocido es tentador, más aún para quien siente que la edad es un condicionante que acecha como si fuera una amenaza continua.

Este cuaderno es la historia de un descubrimiento. Lo es para los personajes y lo es para los lectores. La sensibilidad aflora en cada línea, el discurso es limpio, cómplice, fervoroso y exige una conexión permanente. Han transcurrido varias décadas desde que fue creado y pudo el público acercarse a él, y lo que hoy podría rozar el anacronismo conlleva actualidad. Así lo he sentido, escuchando lo que Valeria me ha susurrado al oído, aprovechando los momentos en los que se ha quedado sola, refugiada en la madrugada, ocultando el delito de narrar lo que pasa por su cabeza. He subrayado algunos pasajes, no hay peligro de que pierdan vigencia porque suenan a clásico.

Además, los acontecimientos políticos y sociales se asoman dando más coherencia al escenario en el que se desarrollen las posibles decisiones. Pero quizás es necesario que todo cambie para que todo siga igual, como bien sabía Lampedusa. Hay libros que nos transmiten más de lo que, en una primera lectura, somos capaces de retener y sin embargo no dejan de magnetizarnos. Y eso hay que compartirlo con quien lo sepa valorar. 

Compartir el artículo

stats