Entrevista |

Joaquim de Almeida (Premio Saraqusta de Honor): «Hay que madurar a la fuerza para mantenerte como actor»

El actor portugués recibirá este viernes el galardón por su película 'El rey pasmado', convirtiéndose en la primera figura internacional en obtener tal reconocimiento.

El actor portugués Joaquim de Almeida en su estancia en Zaragoza para recibir el Saraqusta de Honor.

El actor portugués Joaquim de Almeida en su estancia en Zaragoza para recibir el Saraqusta de Honor. / Miguel Ángel Gracia

Álvaro Jordán

Álvaro Jordán

Con 42 años de carrera a sus espaldas, el actor portugués Joaquim de Almeida recibirá este viernes a las 21.45 horas en los Cines Cervantes el Premio Saraqusta de Honor por su película 'El rey pasmado' (1991). Un galardón por el que se ha sentido muy honrado tras muchos años figurando en la gran pantalla y que le ha permitido mandar un mensaje de apoyo y apuesta por festivales más especializados como este.

Usted es la primera figura internacional y extranjera que recibe el Premio Saraqusta. ¿Qué sensaciones le despierta este logro?

La verdad es que, cuando me dijeron que había ganado, me mostré muy interesado y honrado por el festival, ya que me encantan este tipo de propuestas ligadas más al nicho. Cuando me dijeron que era un festival centrado en el cine histórico me llegó a extrañar, ya que no recordaba haber hecho muchas películas del género. Lo mejor fue que, dando la vista atrás, resulta que sí que había tocado bastantes papeles de este tipo. Lo que pasa es que son tantos años y producciones que a uno ya se le olvidan algunas cosas. 

¿Cómo empezó su vocación por el mundo de la interpretación?

Lo que era mi vocación pasional empezó desde muy pequeño, ya que siempre me recuerdo estar haciendo imitaciones de los actores que veía en las películas. Pero lo que fue mi vocación profesional apareció cuando tenía 16 años, en un viaje en tren a París. Compartí vagón con una actriz que estaba ensayando una pieza de Molière y, gracias a ella, pude ver que la interpretación podía ser también una profesión, un trabajo. Entonces, sin dudarlo, a la vuelta de mi viaje me apunté al Conservatorio Nacional de Portugal para estudiar teatro

Y 50 años después, aquí se encuentra. Aunque tuvo algún que otro obstáculo en el camino, ¿no?

Sí, porque un tiempo después el Conservatorio Nacional acabó cerrando por la Revolución de 1974. Me encontraba en ese entonces con 18 años y sin ningún sitio en el que poder continuar mis estudios. Con el dinero que tenía ahorrado, empecé a viajar por Europa para intentar encontrar alguna alternativa, hasta que en Viena acabé conociendo a la que sería mi primera esposa. Ella tenía una beca de estudios para irse a Nueva York y me ofreció acompañarla. Con ayuda económica de mi padre, pude viajar hasta allí y continuar formándome en teatro durante cuatro años más. 

¿Cómo fueron sus comienzos en Estados Unidos?

Los recuerdo bastante felices, a pesar de las dificultades que tuve con el inglés. El problema es que Nueva York es una ciudad demasiado enérgica. Cuando vas cumpliendo una edad, te acabas cansando un poco de ese ambiente y por eso acabé mudándome a Los Ángeles más adelante. Es una ciudad bastante más tranquila en ese sentido. En el ámbito profesional, durante ese tiempo me acabó contactando una agente de castings de la Paramount y me pasó el número del que sería mi agente. Quien me consiguió mis dos primeras audiciones, con las que obtuve mi primer trabajo. A partir de ahí, comencé a hacer papeles sin parar.

Cuenta aproximadamente con unas 150 producciones en 42 años de carrera. ¿Hay alguna producción que recuerde con más cariño que el resto?

Hay películas que te marcan más que otras, eso seguro. Por ejemplo, 'Cónsul honorario' (1983). Fue un filme que me permitió trabajar junto a Michael Caine y al director John Mackenzie, con los que aprendí mucho. Otra película de la que también me acuerdo con cariño es 'Good morning, Babilonia' (1987), de los hermanos Taviani. Fue mi tercer proyecto profesional y el que me permitió darme a conocer en el panorama internacional. 

«El mundo de la interpretación no es una escalada en línea recta, sino que varía todo el rato. Depende de la suerte y del momento»

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¿Quién es el actor con el que se ha sentido más cómodo trabajando?

Hay unos cuantos: Gene Hackman y Sandra Bullock, por ejemplo. Son verdaderos señores, de los pies a la cabeza. Con toda la carrera que tienen siguen manteniendo un gran respeto por todos sus compañeros de trabajo. Y aquí, en España, también me encantó trabajar con mucha gente: Fernando Fernán Gómez, Gabino Diego, Victoria Abril... Son todos unas personas maravillosas, con las que me lo pasé genial rodando. Al final, una cosa que veía clara es que con los actores más mayores había una paz y una madurez en las actuaciones. Los actores jóvenes suelen ser más problemáticos debido a su impaciencia e inseguridad.

¿Cuál es la mayor lección de vida que le ha dado su profesión?

El aprender a escuchar y decir la palabra 'No' en algunas ocasiones. Cuando eres joven y tienes tantas audiciones, hay veces en las que debes acostumbrarte a que te rechacen, vivir sabiendo que no le vas a gustar a todo el mundo. Pero no puedes dejar que eso te atasque. E, incluso, cuando empieces a trabajar habrá situaciones que no te gusten, que te desmotiven. Y si de verdad uno se puede permitir decir 'No', hay que hacerlo. 

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Son valores que uno debe asimilar lo antes posible, ¿no?

Desde luego. Es una profesión en la que tienes que madurar a la fuerza para poder mantenerte. Si no, acabas hundido, porque este mundillo tiende a desmoralizar y a tirar a la gente abajo, pero hay que continuar y perseverar. Y, sobre todo, ser 'simple' en la vida. Por desgracia, he visto a muchos actores, sobre todo jóvenes, que se han perdido en la vanidad. Que lo han dejado todo por intentar convertirse en estrellas y que han cesado de aparecer en las producciones al poco tiempo. También hay que ser consciente de que la vida del actor no es una escalada en línea recta, sino que varía todo el rato dependiendo de la suerte y del momento

¿Qué tiene pensado para su futuro a partir de ahora?

Pues, por el momento, tengo pensado 'jubilarme'. He podido llegar ya a la edad de jubilación, así que mis planes para el futuro están en Portugal. Me gustaría volver a mi país para mi retiro. Aunque, por supuesto, yo seguiré trabajando si me sale alguna propuesta. Lo que pasa es que todo está parado ahora mismo con la huelga de los guionistas. Pero sí que tengo un par de papeles para estos próximos meses: el primero es para un proyecto de Roman Polanski y el segundo pertenece al remake de 'Road House' (1989). Rob Cohen será el encargado de dirigir la película junto a Michael Stokes