EL PASADO ROMANO DE ZARAGOZA

El Museo del Teatro Romano se reivindica en su 20 aniversario

Un nuevo audiovisual rememora el descubrimiento de las ruinas y narra cómo se creó el museo

Los museos de la Ruta de Caesaraugusta generan un itinerario que permite concoer el centro político y los edificios públicos más emblemáticos de la ciudad romana.

Los museos de la Ruta de Caesaraugusta generan un itinerario que permite concoer el centro político y los edificios públicos más emblemáticos de la ciudad romana. / El Periódico

Álvaro Jordán

Álvaro Jordán

El Museo del Teatro Romano de Zaragoza ya acumula dos décadas a sus espaldas desde su inauguración en el año 2003. Un viaje de 20 primaveras en el que casi 900.000 visitantes han recorrido sus paredes, marcados por los ecos del pasado que las sociedades de la Antigüedad dejaron atrás. Se suele decir que si el pasado te llama, no debes responder porque no hay nada nuevo que contar; y, en parte, es cierto. Pero, aunque una historia relatada varias veces siempre suele atravesar los mismos puntos clave, siempre hay pequeños detalles que van cambiando entre versión y versión para continuar reivindicando la esencia de ese relato.

Es por ello que el servicio de Cultura del ayuntamiento ha celebrado este sábado un día de puertas abiertas en el museo. Además, se ha presentado un nuevo audiovisual en el que se explica tanto el descubrimiento de los restos arqueológicos como la construcción posterior del museo. Una forma de vindicar el aniversario del espacio así como de realizar un recorrido por los 50 años de historia de las ruinas del Teatro Romano, que fue declarado en 2001 Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento por el Gobierno de Aragón

La jornada de conmemoración ha atraído a bastantes visitantes de todas las edades, desde los más jóvenes en compañía de sus monitoras, hasta los más veteranos junto a sus familiares y amigos. Algunos simplemente han querido aprovechar la oportunidad de disfrutar de forma gratuita de las piezas y colecciones (como el busto de la Diosa Roma, las máscaras teatrales, el linaje de la Dinastía Julio-Claudia o los capiteles corintios; por nombrar unas pocas), mientras que otros han acudido para ver el audiovisual, el cual ha recibido críticas dispares por los espectadores por su «contenido bien fundamentado, aunque con demasiada teoría y poco dinamismo». Una tercera parte simplemente ojeaba, al mismo tiempo que una minoría buscaba embriagarse con los restos remanentes de lo que fue Zaragoza hace más de 2.000 años.

El año pasado se cumplió medio siglo del descubrimiento del Teatro Romano.

El año pasado se cumplió medio siglo del descubrimiento del Teatro Romano. / El Periódico

El Museo del Teatro de Caesaraugusta se ha convertido en una pieza de orgullo por parte de los ciudadanos zaragozanos, que ha permitido conservar el linaje de la ciudad de la manera más plausible y contextualizar sus datos históricos consecuentemente. Se trata del edificio público romano mejor conservado en la ciudad, lo que le ha concedido el estatus como sede de importantes citas culturales en Zaragoza. Algunos ejemplos de ello son el club de lectura Cesaraugusta, las conferencias del ciclo Cocinando Culturas, celebrado por el Día Internacional de los Museos, o la sede del Festival Internacional de Zaragoza de Cine y Series de Historia Saraqusta. Fue el último construido de los cuatro museos de sitio de herencia romana que conforma la Ruta Caesaraugusta: Foro (1995), Termas Públicas (1999), Puerto Fluvial (2000) y el propio teatro

El tercer teatro más grande

Se estima que el teatro alcanzaba una altura de 25 metros (la misma en la que actualmente se encuentra localizada una capa de policarbonato para evitar su erosión), tenía una capacidad de 6.000 espectadores y era el tercero más grande de Hispania, solo superado por el Teatro de Cádiz y el de Córdoba.

El equipo responsable del museo se ha mostrado «muy orgulloso» del camino recorrido durante estos 20 años. «Hemos tratado de proporcionar la mejor experiencia de comprensión romana hacia la ciudadanía. Algo de lo que tenemos que estar honrados por ser nuestra herencia como ciudad», afirmó Carlos Romeo, técnico de la sección de Museos del Ayuntamiento de Zaragoza.

Aunque las celebraciones marcan el presente, el comité del Museo Cesaraugusta ya tiene claro su próximo objetivo: renovar la museografía para poder continuar ampliando el repertorio de actividades disponibles que puedan continuar fomentando la asistencia de los zaragozanos, así como de los turistas. De hecho, los cuatro museos de la Ruta Caesaraugusta han recibido ya 139.000 visitantes de fuera de la ciudad.

«Al final, creo que la clave de estos números es el hecho de que nos enorgullecemos de nuestro linaje. Somos la única ciudad española que contó con el nombre completo del emperador, fuimos una pieza clave de la antigua Hispania y, al final, las ruinas del Teatro Romano son impactantes. Llaman mucho la atención», explicó Romeo.

Los números hablan por sí solos. Al final, el teatro, como género y lugar de encuentro, siempre ha supuesto una pieza clave en la historia sociocultural de la humanidad, un nexo del conocimiento en aquellos tiempos donde no existía internet, el cine o la televisión. Y que llegó a brindar tantos momentos de risas, drama e inspiración a los conciudadanos que atendían a sus funciones. Quizá uno no debe responder a la llamada del pasado, pero jamás debe olvidar sus orígenes. Unas raíces donde el teatro llegó, vió y venció

50 años del hallazgo del yacimiento

Con motivo del 20 aniversario del museo, este sábado también se quiso recordar el 50 aniversario (celebrado el año pasado) del descubrimiento de las ruinas del Teatro Romano. La infraestructura mejor conservada de la ciudad romana fue hallada por casualidad el 29 de abril de 1972, cuando Jaime González, un adolescente de 15 años por aquel entonces, parecía haber descubierto algún elemento inusual en las excavaciones que se estaban haciendo en la zona, que en ese momento se trataba de un solar ubicado entre la calle de la Verónica y la de Pedro Joaquín Soler.

El hermano mayor de Jaime, Carlos, era un periodista de ‘Heraldo de Aragón’, y se acercó junto a un fotógrafo para publicar un artículo sobre el tema. Los primeros movimientos surgieron en ese mismo año cuando se solicitó la declaración del yacimiento como monumento histórico-artístico. Las excavaciones fueron provocando la aparición de esculturas bien conservadas, las cuales pertenecían a la fachada del frente escénico. Entre 2002 y 2003 se desarrollaron las obras de cubierta del yacimiento, protegiéndolo así de las inclemencias meteorológicas, convirtiéndose de esta forma en el primer teatro romano cubierto de la Península