Concierto en Zaragoza

Ismael Serrano: "Juan Luis Guerra es un genio; el algoritmo a veces se equivoca"

El cantautor madrileño presenta este viernes y sábado en el Teatro de las Esquinas su último disco: 'La canción de nuestra vida'

Ismael Serrano (Madrid, 1974) ha vendido todas las entradas para su concierto de este viernes en Zaragoza y apenas quedan para el del sábado.

Ismael Serrano (Madrid, 1974) ha vendido todas las entradas para su concierto de este viernes en Zaragoza y apenas quedan para el del sábado. / Alba Vigaray

Rubén López

Rubén López

Ismael Serrano vuelve a Zaragoza dos años después de su última visita. El cantautor madrileño ofrecerá dos conciertos este viernes y sábado en el Teatro de las Esquinas para presentar su último disco de estudio: 'La canción de nuestra vida'. El creador de 'Papá cuéntame otra vez' demostrará de nuevo que tiene una legión de fieles seguidores en la ciudad. La actuación del viernes (21.00 horas) colgó hace tiempo el cartel de no hay billetes y para la del sábado apenas quedan entradas.

-Zaragoza le recibe siempre con los brazos abiertos.

-Nos tratan muy bien, la verdad. Además, siempre me siento muy a gusto cuando toco allí. La última vez también fue en el Teatro de las Esquinas y me encantó porque facilita mucho el diálogo y la complicidad con el público. 

-En los últimos años ha apostado por unos conciertos con un carácter cada vez más teatral. ¿Esta gira sigue esa línea?

Sí, lo teatral tiene bastante importancia. No entiendo un concierto como una mera sucesión de canciones, me gusta construir un relato en torno a ellas, contextualizarlas y dar un vuelo poético a todo el recital. Esta gira avanza en esa dirección para intentar ofrecer una experiencia diferente. En cuanto al formato, esta vez voy yo solo a la guitarra acompañado de un pianista, así que será más tranquilo y acústico.

-¿'Seremos', su disco anterior, era un trabajo que desmitificaba de alguna forma la figura del cantautor. ¿En este último ha seguido el mismo camino? 

-Bueno, se mantiene mi empeño en desmontar ese tópico del cantautor, pero sobre todo por reconciliarme con el paso del tiempo. Siempre he creído que el paso del tiempo conllevaba una renuncia, pero ahora pienso que también te lleva a aceptar cosas maravillosas y vivir experiencias que se convierten en canción. Este disco es una llamada a disfrutar y a querernos a nosotros mismos, con canciones como 'Me amo' o 'Tiempo'. A veces esta sociedad se deja llevar por las apariencias y no nos deja ser como realmente somos. Lucho contra eso. Luego, en cuanto a producción, este álbum es más pequeño, más folk y más de guitarra y voz. Es un disco que reivindica la canción de autor.

-En el disco 'La llamada' cambió su forma de componer, basándose más en el ritmo. ¿En este hay una vuelta a lo esencial?  

-Sí, me apetecía hacer un disco sencillo a nivel de música y producción. 'La llamada' fue un álbum muy sofisticado rítmicamente, el recopilatorio en directo de 'Hoy es siempre' fue una superproducción y 'Seremos' tenía ese punto de pop épico. Sí, de alguna forma quería volver a lo esencial y creo que en ese camino voy a estar durante un tiempo. Canciones como 'Los amantes invisibles' o 'Me amo', solo con guitarra y voz y una de mis preferidas del disco... Por esa senda quiero seguir, aunque eso no quiere decir que haya otras más sofisticadas como 'La canción de nuestra vida'. A veces pienso que a día de hoy todo es sofisticado en exceso para luego no decir nada. No está mal reivindicar lo esencial, y no solo en la música. 

-En este álbum ha revisitado una canción de su primer disco: 'Un muerto encierras'.  

-Sí, me apetecía rescatarla porque creo que no le dimos especial importancia. Es un tema que canté poco en su día en el escenario. Recuerdo que en esos inicios un directivo de PoliGram dijo que me habían fichado por esa canción. Con el paso del tiempo te das cuenta de que tiene una hondura sorprendente para un muchacho tan joven. La compuse con apenas 21 o 22 años y habla de la rutina en la pareja, algo de lo que yo, con esa edad, cantaba de oídas porque no tenía ese bagaje. Me apetecía recuperarla por eso, porque igual de manera inconsciente no la canté tanto porque no correspondía con mi edad.

-También ha rescatado 'Burbujas de amor' de Juan Luis Guerra.  

-Sí, me apetecía llevarla a mi terreno. Es una canción con mucho vuelo poético. Juan Luis Guerra es un genio, él revalorizó la bachata y el merengue dándole importancia a las letras con un contenido social relevante. Me parecía un reto bonito y es algo que hago bastantes veces en Instagram con versiones de artistas que admiro y que están lejos de mi propuesta. También es una forma de revelarse contra el algoritmo. Si escuchas a Ismael Serrano, difícilmente te va a recomendar a Juan Luis Guerra... Así podemos ser conscientes de que el algoritmo a veces se equivoca.

"La política partidaria me está generando un cierto desafecto y eso me preocupa"

-¿Está dejando un poco más al margen su lado más político en los últimos trabajos?  

-Yo creo que no tanto. O, si es así, no lo hago de manera consciente. Aunque no te voy a negar que la política partidaria está generando en mí un cierto desafecto, cosa que me preocupa. Pero bueno, en este disco hay canciones en esa línea como 'La fábula de los conejos', 'Un pedacito de tierra' o incluso 'Tiempo' o 'Me amo', que para mí tienen un trasfondo político. Quizá abordo esos temas de una forma menos explícita, pero siguen estando.

-¿Cómo recuerda esas primeras canciones de 'Atrapados en azul'? ¿Se sigue viendo representado en ellas? 

-Es increíble lo rápido que pasa el tiempo porque no las veo tan lejanas. Recuerdo sobre todo la época de los cafés, que es donde se cocinaron y se cantaron por primera vez esas canciones antes de que saliera el disco. Son temas en los que me sigo reconociendo y para mí siguen muy vigentes. En 'Papá cuéntame otra vez', por ejemplo, con cambiar ese ‘Bosnia’ por Gaza es suficiente. Hay canciones que por desgracia no pierden vigencia. 

-¿Cómo nació esa pulsión por coger la guitarra y ponerse a escribir?  

-Bueno, en mi casa se escuchaban cantautores de toda la vida. Serrat, Víctor Manuel, Aute, Sabina, Silvio, Mercede Sosa... Supongo que eso influyó en mis gustos y en mi forma de entender la música. Luego tenía un tío que tocaba la guitarra. Le gustaba mucho Silvio y yo me quedaba mirándole fascinado. Poco a poco fui encontrando en la música un vehículo de expresión, una forma de contar que me permitía decir cosas que no sabía decir de otra manera. Me ayudaba a enfrentarme al mundo en una época complicada como la adolescencia en la que todo te parece hostil. Después ya vinieron los cafés... Recuerdo en uno de los primeros conciertos que ya sentí ese ‘clic’. Establecí una conexión con el público que me hizo entender que la profesión de trovador era una pulsión que tenía dentro y que tiraba de mí con fuerza.

-¿Y lo sigue haciendo?  

-Sí, sigo con ganas y tengo proyectos. El siguiente disco va a ser sinfónico. Es un álbum recopilatorio que tenía pendiente desde hace tiempo. Lo grabamos en un estudio en Buenos Aires y se publicará antes de que acabe el año. En 2025 haremos unos cuantos conciertos, pero pocos porque tampoco se puede hacer una gira larga con una orquesta sinfónica (ríe). Después me apetecería hacer otras cosas como por ejemplo teatro. Lo que más me gusta es contar historias. Publiqué un libro de relatos, poesía, canciones para niños. Sin abandonar la música, me apetece buscar otras vías. Si encuentro un texto con el que me siento a gusto encima de un escenario, no me importaría interpretarlo.

Suscríbete para seguir leyendo