Novedad editorial

Antonio Iturbe: "Una sociedad sin cultura es una sociedad sorda y estéril"

El escritor y periodista aragonés Antonio Iturbe en el Hotel Palafox de Zaragoza.

El escritor y periodista aragonés Antonio Iturbe en el Hotel Palafox de Zaragoza. / Jaime Galindo

Andrea Sánchez

Andrea Sánchez

El escritor y periodista zaragozano Antonio Iturbe acaba de publicar su última novela titulada ‘Música en la oscuridad’ (Seix Barral) con la que rescata un episodio real poco conocido del pasado reciente. Ubicada en 1930 en el barrio rural de Casetas, en Zaragoza, cuenta la historia de un sastre republicano que cambió la vida de su comunidad gracias a la música. Mariano es también maestro clarinetista y es contratado para hacerse cargo de la banda municipal, formada mayormente por campesinos sin formación, pero sus buenas intenciones chocarán con la realidad.

-¿Qué le inspiró a contar esta historia?

-Un día estaba revolviendo por los armarios y encontré un impermeable de mi abuelo. Eso me hizo pensar en él y en esas preguntas que nunca le hice. Y una de ellas era que cómo fue posible que él, un hombre de campo y que apenas había ido al colegio un par de años, llegara a tocar el saxofón, un instrumento muy difícil.

-¿Qué quería contar en la novela?

-Mi abuelo formó parte de la banda municipal de música de Casetas en torno a 1930 y vi por una información que había en la propia página web de la banda la historia de Mariano Lonzano, un sastre que tocaba el clarinete que llego en esos años para hacerse cargo de ella. Compuesta por personas como mi abuelo, que eran agricultores, gente sin formación cultural y me pareció muy sorprendente que consiguiera convertir toda esa tropa en músicos.

-¿Cómo fue el proceso de documentación para recrear la vida y aquellos tiempos?

-Primero busqué sobre ese clarinetista, Mariano Lozano, no había mucho. Me ayudó un historiador que había recopilado algo de información sobre él. Además, en el Archivo Municipal de Zaragoza encontré una carta que el sastre enviaba al director de la banda de la ciudad, pero no mucho más. Por suerte encontré a su hija, a la que pude entrevistar. Fue un encuentro muy bonito.

-¿Se enfrentó a alguna dificultad durante este proceso?

-Había agujeros y grandes olvidos, pero es una dificultad que se agradece como escritor. Creo que Mariano es uno de esos personajes anónimos que son pequeños héroes cotidianos, y ahí está el poder de la imaginación, de ligar las anécdotas que contaba mi abuelo con una propia proyección de cómo pudieron ser aquellos años. La imaginación es un cemento que une esos ladrillos de realidad que, si no, quedarían sueltos.

"La imaginación es un cemento que une esos ladrillos de realidad que, si no, quedarían sueltos"

-La música tiene un papel importante en la historia. ¿Cómo afectó a la vida de la comunidad?

-Por un lado, había esa idea republicana de llevar la cultura a la gente más humilde, es muy transformadora. A la gente como mi abuelo, que al salir del trabajo el único lugar al que tenían para ir era la taberna, le ofrecen algo más en su vida. Creo que eso les enriqueció y llenó de emociones, y, de alguna manera, convirtió a esos agricultores en artistas.

-¿Cree que puede inspirar a otros a hacer cambios positivos como el protagonista?

-Espero que sí. Ya sabemos que somos duros de mollera y que nos cuesta cambiar. Pero, creo que estas pequeñas acciones en una población rural es un agua fina que va calando. Quiero creer en ello.

-¿Ve la música como una herramienta de cambio social?

-En la pandemia quedó muy patente. La gente buscaba ir al cine, música, que le contaran historias… Porque eso nos hace trascender. Una sociedad sin cultura es una sociedad sorda y estéril. Para ser ciudadanos con conciencia necesitamos ese despertador, que es el arte, dentro de nuestras cabezas.

"Para ser ciudadanos con conciencia necesitamos ese despertador, que es el arte, dentro de nuestras cabezas"

-¿Influyó la novela en su relación con Aragón?

-He ido viniendo con los años a Casetas, pero como un turista. Y, esto me ha hecho estar de una forma más profunda, incluso descubrir pequeños recovecos y lugares de una belleza extraordinaria. A veces pasamos muy deprisa por las cosas, siempre vamos corriendo, y esta novela me ha traído el pasar más tiempo y perderlo en Casetas, que, al final, es la verdadera forma de ganarlo.

-¿Qué proyectos tiene de cara al futuro?

-Uno siempre anda ahí medio zurciendo, como el diablo. Como voy siempre dando tumbos entre las cosas que me fascinan, estoy en una historia que tiene que ver con los pescadores, son un grupo que se ha ido quedando aislado y me interesan esos mundos que se quedan un poco como fuera de circuito.

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