FERIA DEL LIBRO DE ZARAGOZA

Sergio Royo gana el Premio de Microrrelatos Historias de autobús

El jurado consideró el relato ‘Ahora ya no’ del escritor zaragozano el mejor de los 175 que concurrieron a la tercera edición del galardón

Sergio Royo, en el centro, ganador del concurso de microrrelatos.

Sergio Royo, en el centro, ganador del concurso de microrrelatos. / FERIA DEL LIBRO DE ZARAGOZA

El Periódico de Aragón

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El III Premio Avanza de Microrrelatos Historias de autobús, convocado en el marco de la Feria del Libro de Zaragoza, ha recaído en el relato 'Ahora que ya no', de Sergio Royo Bueno. El relato finalista ha sido 'Escritor fantasma', de Carlos García Esteban, mientras que 'Unos pequeños instantes', obra de María Serrano Sánchez, ha obtenido el premio en la categoría Juvenil creada en esta edición. El relato ganador recibe un premio de 500 euros y el finalista de 200 euros, mientras que la categoría Juvenil está dotada con 100 euros canjeables por libros.

El fallo del jurado se hizo público el jueves a última hora durante un acto, organizado en el marco de la Feria del Libro de Zaragoza, en el que Guillermo Ríos, director de Avanza en Zaragoza, y Ángel Gálvez, secretario general de la Comisión Permanente del Libro de Zaragoza (Copeli) hicieron entrega de los premios a los autores.

175 escritores presentados

A este galardón literario, en su tercera edición, han concurrido 175 escritores con sus relatos. El jurado, formado por representantes de Avanza, Copeli y las Asociaciones Aragonesas de Escritores, Libreros y Editores, ha destacado «la calidad literaria de los textos y su creatividad, así como la puesta en valor del autobús en la vida cotidiana de las personas». 

El Premio Avanza de Microrrelatos pretende incentivar la creación literaria y la participación ciudadana, fomentar el uso del autobús urbano y llevar el nombre de la Feria del Libro a todos los rincones de la ciudad.

'AHORA QUE YA NO '(RELATO GANADOR)

'Ahora que ya no' (Relato ganador)

Siempre he pensado que todo lo que nos pasa nos pasa en el transcurso entre una parada de autobús y la siguiente. Ya sabes, las miradas que nos cambian la vida, el diagnóstico o el accidente, el resplandor de los ojos recién nacidos y el llanto del hijo. No voy a decirte que esté mejor aquí, amor, o que no te eche de menos. Desde que me fui yo ya no soy aquel anciano que cogía el bus cada tarde al que tú esperabas con la cena recién hecha (la tortilla de ajos tiernos) para que yo te contara que la tarjeta de jubilado me había llevado al Oliver o a Valdefierro. Me bajaba, paseaba, veía cómo vivía la gente del barrio y volvía a San José, donde llevábamos viviendo juntos tantos años. No sé cómo será el mundo ahora que ya me he apeado ni cómo serán tus tardes ahora que ya no aguardas mi regreso. Puedo imaginarte sentada frente a la misma televisión, allí donde tantas veces compartimos la intimidad de un cuarto piso. Y esa tristeza de la ausencia. Ya sabes, todo lo que nos pasa sucede entre una parada y la siguiente: así te dije adiós después de más de cincuenta años y es extraño que el mundo siga girando, que las puertas se sigan abriendo y los autobuses circulando ahora que ya no me subo en las tardes entresemana. Ahora que ya no. Ahora que solo soy aquel recuerdo. Sergio Royo Bueno