Más monumentos viajeros

Muchos monumentos de Zaragoza han estado en varios emplazamientos

Imagen Monumento a la Exposición Hispano Francesa de 1908

Imagen Monumento a la Exposición Hispano Francesa de 1908 / El Periódico

Sergio Martínez Gil

Sergio Martínez Gil

Hace unas semanas escribía en esta sección dedicada a la Historia sobre algunos de los monumentos de la ciudad de Zaragoza que han pasado por varios emplazamientos a lo largo del tiempo. Como esa Fuente de la Princesa coronada por la figura de Neptuno, que se convirtió en la primera fuente pública de la ciudad y que fue diseñada para estar ubicada en la actual plaza de España. Pero fue una fuente que nunca cuajó del todo por ese cariz pagano que tenía, siendo sustituida por la actual fuente y monumento a los mártires mientras que Neptuno se dedicó a estar viajando entre los almacenes municipales, el parque de Macanaz y el parque José Antonio Labordeta, donde la vemos hoy en día.

Este es sólo uno de los ejemplos comentados en el anterior artículo, pero son tantos que algunos de los más importantes se quedaron en el tintero, de modo que con esta segunda parte se puede completar ese mapa de los monumentos más viajeros de la ciudad. De hecho, y para iniciar este nuevo periplo, toca ir de nuevo a esa copia del Augusto de Prima Porta que regaló el dictador italiano Benito Mussolini a la ciudad. En el anterior artículo ya se mencionó que en un primer momento estuvo en la actual plaza de Aragón para pasar después a la zona de las murallas romanas, pero junto a la iglesia de San Juan de los Panetes. Luego regresó de nuevo brevemente a la Plaza de Aragón para, finalmente, ser ubicada junto al Mercado Central. Quizás de esa ubicación junto a la iglesia de San Juan, muchos recordarán que hace ya unos cuantos años existió un monumento, no demasiado agraciado, formado por un pequeño pedestal y con dos columnas que representaban a las legiones VI y X, las cuales participaron en la fundación de la Zaragoza romana. Entre ellas, allí estuvo colocada la escultura de Augusto. Cuando esta fue una vez más reubicada, aquellas columnas quedaron allí, solitarias, hasta que hace unos años fueron desmontadas, pasando seguramente a estar en cajas en los almacenes municipales.

Otro monumento, este más reciente, es el gran busto que realizó en 2005 el escultor Iñaki Rodríguez sobre Francisco de Goya, y que estuvo ubicado brevemente entorno al año 2008 en el cruce entre la avenida Goya con Gran Vía. Con el inicio de las obras de la actual estación de Goya, el busto dedicado al genial pintor aragonés fue desmontado durante años, hasta que en 2022, y gracias a un acuerdo alcanzado entre la familia del escultor y la Fundación Ibercaja, la escultura vuelve a verse en el patio del edificio que funciona como sede de dicha fundación junto a la Plaza de los Sitios.

No ha ocurrido de momento lo mismo con el memorial al Justicia Mayor del reino de Aragón, Juan de Lanuza V el Joven, que fue colocado en el año 2013 entre el Mercado Central y las Murallas romanas. En ese lugar, lo que durante siglos fue la Plaza del Mercado de Zaragoza, fue ejecutado el justicia aragonés por orden del rey Felipe I de Aragón (Felipe II en Castilla), acusado de haber levantado en armas al reino contra la monarquía en 1591. Ese monumento fue retirado temporalmente para poder instalar las naves prefabricadas que alojaron los puestos comerciales del Mercado Central mientras este era restaurado. Una vez terminadas las obras y retirado el mercado provisional, de momento aquella placa sigue sin ser devuelta a ese emplazamiento.

Pero regresemos a monumentos viajeros más añejos terminando con otros dos ejemplos. El primero es el gran monumento dedicado a homenajear a la Exposición Hispano-Francesa que celebró Zaragoza en 1908 con motivo de la conmemoración del primer centenario de los Sitios napoleónicos que sufrió la ciudad. Es probablemente uno los conjuntos escultóricos más monumentales y espectaculares de la ciudad, a la par que desconocido por no pocos zaragozanos. Fue inaugurado en 1910 y, aunque suele sorprender este dato a mucha gente, inicialmente estuvo ubicado en mitad del Paseo de Pamplona, hasta que el crecimiento del tráfico hizo que fuera desmontado en 1947 para ser reubicado en 1951 en el parque José Antonio Labordeta, donde permanece hoy en día. Es además un monumento que también homenajea al industrial Basilio Paraíso, pues a su muerte se colocó un busto en su honor dado que fue uno de los grandes artífices e impulsores de la celebración de la exposición de 1908.

Para terminar, es el turno de la escultura y Fuente de la Samaritana, sin duda una de las fuentes más bellas de la ciudad. Fue creada en la Fundición Averly hacia la década de 1860, aunque no estuvo en su primera ubicación, que fue en la plaza de la Seo, hasta la década de 1890. Allí pasó más de medio siglo hasta que la reforma de la plaza obligó a reubicarla pasando una temporada en el Parque Bruil, y de allí iría al lugar que ocupa hoy en día adornando y aportando frescor a la Plaza del Justicia.

Suscríbete para seguir leyendo