Si en Zaragoza alguien se pregunta qué hay que hacer para llegar a la ACB, que descuelgue el teléfono y marque el prefijo 968. Le conectarán con Murcia. Allí tienen el libro de instrucciones de cómo hacer un equipo para ascender. De eso bien que se enteró ayer el CAI. Bien, pero que muy bien. El Etosa, que por algo llevaba once victorias seguidas --ahora doce--, ofreció parte de su secreto al conjunto aragonés. Oliete debió tomar nota para ponerlo en práctica con urgencia sobre su plantilla. En una segunda parte portentosa, los locales barrieron de la pista con una escoba hecha de casta las ilusiones que el CAI había fabricado en un próspero primer tiempo. Pero el empentón del Etosa tras el descanso fue incontestable y provocó un cataclismo en las filas aragonesas, que no terminaron de temblar hasta el 94-79 final.

Habrá que esperar una semana más para contemplar la esperada remontada del CAI. Pero a este ritmo pocas semanas de demora le quedan. Y es que ya son cinco, cinco, las derrotas consecutivas que almacena el conjunto aragonés, que cada vez ve más lejano el listón que marca los playoff . Y más cerca del que divide a los cuatro que se jugarían el descenso. A una derrota si la Complutense gana hoy al Ourense.

ILUSION DE 20 MINUTOS El CAI se olvidó en Murcia una pizca de la esperanza que le otorgaba la operación de retorno de Uriz y Murcia, más la inclusión de Gastao, muy torpe y desorientado en su debut. Esa ilusión sólo le duró veinte minutos. En la primera parte, el CAI se comportó de forma valiente, acomodándose a su nueva condición de equipo y minimizando el golpe de la baja de Otis Hill. Murcia se apoderó de la bandera del liderato y avanzó con el resto del grupo por delante del Etosa en el marcador. El juego interior aragonés ofrecía una vía rápida hacia la canasta --Murcia, 13 puntos y Mario García, 6 en este periodo--, que fue aprovechada para mantener una renta cómoda, de hasta siete puntos en el minuto 17 (34-41).

Pero en el descanso, Coello se apresuró a rescatar la guía del ascenso del fondo del vestuario. Leyó un par de capítulos a sus jugadores, que asimilaron la lección. Saltaron a la pista con hambre de comerse al CAI. Y lo hicieron. En el tercer parcial deshicieron todo el trabajo de los aragoneses en la primera parte. Tomaron carrerilla para coger a su adversario, al que no esperaron. Siguieron sumando hasta escaparse 70-63.

En la recta final tampoco aflojaron. El CAI no conseguía reengancharse a la vida del partido y terminó hundido. Con una soberbia defensa el Etosa dejó a la deriva el ataque zaragozano. Arrinconaron a Murcia y sólo un valiente Panadero les salió al paso. Pero era poco para parar el vendaval. En la canasta contraria Stacey (26 puntos), Xavi Sánchez (23) y Reynolds (19) se las bastaban solos para masacrar al endeble CAI, que firmó la capitulación esperando que ésta sea la última vez que retiran su cadáver de la arena.