Savio no ha escondido en ningún momento su ilusión por el título de Copa. Es el único que le falta en su dilatado palmarés, aunque estuvo muy cerca de lograrlo con el Real Madrid. Pero el Deportivo se cruzó en ese camino en el mismo Bernabéu y apuntó la fecha del 6 de marzo del 2002 con un nombre que ha pasado a la historia, el Centenariazo , aludiendo a los 100 años que festejaban los madridistas y a la frustrada idea de celebrarlo con el título copero de por medio. El conjunto gallego hizo saltar por los aires los pronósticos y ahora Savio espera que se repita la historia con el Zaragoza. El viviría esa sorpresa de manera muy distinta.

"En aquel partido el Madrid era favorito sobre todo por jugar en su casa, pero el Deportivo tenía un equipazo y completó un encuentro perfecto", relata Savio, que no estuvo sobre el césped en aquella final, aunque tiene muy claro cuál fue el pecado del conjunto blanco. "Ese día hubo un poco de relajación. Jugábamos en el Bernabéu, con la mayor parte de la afición de nuestro lado, la fiesta del Centenario.... En el fútbol no se puede ganar antes de jugar", recalca.

El jugador zaragocista no duda en otorgar, como aquel día, toda la presión al equipo blanco. "Es el líder de la Liga, está en cuartos de Champions, tiene una gran plantilla, mucha experiencia... El Madrid siempre es el favorito, juegue con quien juegue", explica, aunque ese favoritismo no incluya la palabra sorpresa en el caso de que el Zaragoza sea capaz de darle la vuelta a los pronósticos y alce el título copero por sexta vez. "No podemos entrar con el pensamiento de que si ganamos será una sorpresa. Estamos ahí por méritos propios, tenemos condiciones, buena plantilla y estamos con confianza".

COMPLETAR UN PALMARES El brasileño, que se encontró bien en los 45 minutos que estuvo sobre el césped en el Bernabéu después de un mes de baja por culpa de dos lesiones consecutivas en su tobillo --"Sigo notando una pequeña molestia, pero ese tiempo sobre el campo me fue muy bien", asegura--, quiere que la historia vuelva a ponerse del lado del equipo teóricamente más débil, como pasó hace dos años en el Santiago Bernabéu. Entonces, él vivió lo sucedido desde el vértice del favorito y perdedor a la postre. Ahora quiere sentir todo lo contrario.

Ese triunfo le haría completar su palmarés en España, donde ya ganó una Liga y una Supercopa con el Madrid. Le falta el título del KO. "No puedo describir la ilusión que me hace lograr esa Copa en mi primer año en el Zaragoza. Voy a por ella como sea", avisa, antes de recordar casi como una sentencia que "en el fútbol, como en la vida, nada es imposible". Que se lo pregunten al Deportivo de La Coruña.