El siglo XXI ha sido especialmente bondadoso para Víctor Muñoz, quien en un tiempo récord, del 2000 al 2005, está a punto de cumplir --hoy lo hará en La Romareda-- su partido número cien como entrenador de Primera División. "No está mal. Me gustaría que fueran muchos más, tantos como los que disputé como jugador", dijo ayer el técnico aragonés. En cinco temporadas, tres en el Villarreal (en la última tan sólo dirigió un encuentro) y dos en el Real Zaragoza, ésta aún en sus primeros pasos, ha alcanzado una cifra simbólica.

A sus 47 años celebrará hoy un centenario al que no han llegado 12 de los colegas que ejercen como técnicos de élite este curso. Y lo hará con Schuster en el banco de al lado, excompañero en el Bar§a que acaba de debutar como entrenador en la liga grande del fútbol español. En este camino joven ha vivido emociones encontradas, como, por ejemplo, asistir de testigo al descenso del Real Zaragoza en la penúltima jornada de la campaña 2001-2002. Entrenaba al Villarreal y su equipo necesitaba también el triunfo, que logró, para asegurarse la permanencia.

A ese equipo al que vio desintegrarse ante sus ojos, y en el que había ejercido de secretario técnico después de ayudarle a salvarse del descenso en la temporada 90-91, regresó el año pasado en otra situación límite para el club. No sólo logró evitar una segunda catástrofe consecutiva, sino que, en medio, ganó la Copa del Rey al Real Madrid. No contento con ese título, cinco meses después sumó a su palmarés la Supercopa de España frente al potente Valencia.

Sólo Jabo

Ni Serra Ferrer, actualmente en el Betis, con 342 partidos en su haber, ni Lotina, con 151, ni Gregorio Manzano, con 165, ni Caparrós, con 118, ni Ranieri, con 103, han conseguido más galardones que el aragonés. En realidad, de los veinte entrenadores que en estos momentos llevan los destinos de los equipos de Primera, sólo el veterano Jabo Irureta puede presumir de tener una vitrina con más brillo en su interior. El guipuzcoano presume de una Liga, una Copa y dos Supercopas, todas ellas al mando del Deportivo de La Coruña, un conjunto de miras muy ambiciosas y gran potencial económico.

Benito Floro conquistó una Copa y una Supercopa con el Madrid, y Ranieri una Copa con el Valencia, el mismo trofeo que se adjudicó Gregorio Manzano con el Mallorca. El resto, muchos en la parrilla de salida de sus carreras, tiene la hoja de hazañas en blanco. No así Víctor Muñoz quien en el futuro aspira a dirigir a un grande y que ese grande sea el Real Zaragoza.

A la espera de que el club aragonés crezca en todas las direcciones, hoy cumplirá cien partidos en Primera, 37 ganados y 37 perdidos. Esta tarde, ante el Levante, tiene la oportunidad de desnivelar ese equilibrio ganando, que es lo suyo.