Los veteranos Carlos Polo y Luis Pedrero se pusieron como todos los partidos que juega Coteyma Maristas en su feudo en la entrada del pabellón vendiendo entradas. Ambos son dos instituciones del balonmano Marista.

Ayer era un día muy especial puesto que por primera vez en la historia Polo y Pedrero podían gozar del primer derbi en Liga Nacional entre Coteyma Maristas e Iberia Corazonistas, las dos grandes canteras del balonmano aragonés.

El palco estaba lleno de caras conocidas para presenciar el histórico evento. Luis García Nieto y Alberto Arruga, presidentes del Iberia y de Maristas, Kiko Arregui, máximo dirigente del CAI Balonmano Aragón e Ignacio Munuera, el presidente del Forcusa Huesca. Tampoco faltó Félix Brocate, que ha estrenado su segundo mandato como presidente de la territorial.

Una gran fiesta

Era la gran fiesta del balonmano aragonés. En la grada se juntaron casi un millar de personas. A un lado los chillones aficionados de Maristas y al otro Corazonitas. Padres, escolares, jugadores de la territorial, todos se unieron como Fuenteovejuna para lograr el milagro de vencer al todopoderoso Iberia.

El ruido era ensordecedor cuando se presentaban ambas plantillas. Los visitantes llevaban una camiseta dando ánimos a sus compañeros lesionados Raúl, Darío y Emilio. Los niños iban provistos de dos paneles de madera que golpeaban con fuerza. La incógnita era saber si David ganaría a Goliat. Iberia Corazonistas es el líder de la Primera B y los locales los penúltimos.

Ambos equipos tienen dos filosofías distintas. En Maristas no cobra un duro ni su entrenador, Angel Hernández, mientras que Iberia tiene una estructura semiprofesional. Aspiran a la División de Honor B.

El Iberia llevó siempre la iniciativa. Se llegó a colocar con un 10-17. Pero le entraron las dudas tras el descanso. Maristas empató a 18 en el minuto diez con un parcial de 8-1 y el empuje de su extremo Farreres. Pero Iberia paró la ola local con la calidad de Cabezudo y Bravo y tapando las goteras de su defensa 6-0.

Los árbitros andaluces Molero y López no impidieron el buen rollo entre las aficiones, jugadores y directivas de ambos colegios. "Han estado horrorosos. El espectáculo podía haber sido más bonito, pero los trencillas lo han destrozado", confesaba Félix Brocate.

Maristas luchó por ganar hasta cinco minutos del final. Pero Iberia supo aprovechar dos exclusiones locales para rematar la faena con un 25-31 demasiado abultado por lo visto en la cancha. Corazonistas subía un peldaño más en busca del ansiado ascenso.