Jordi Arrese se negó a admitir que la eliminación de España a manos de los eslovacos cayera como un jarro de agua fría en el vestuario. Pero las caras de los componentes del banquillo español, absolutamente desencajadas, no engañaban a nadie durante el partido de dobles. A pesar de ello, el capitán se negó a buscar excusas en la pista montada por los eslovacos en Bratislava o en su decisión de dejar en la caseta a Nadal el primer día de competición. "Es fácil hablar si ya has visto la película, pero igual que no queremos excusarnos con la pista, también estamos convencidos de las decisiones que hemos tomado y de que eran las que más convenían al equipo", insistió el capitán cuando le preguntaron si viendo el resultado no habría hecho jugar a Nadal el primer día.

El joven mallorquín evitó incidir en su descarte en los individuales, pero aseguró que estaba preparado para jugar "al cien por cien", a pesar de haber llegado un día más tarde que sus compañeros a Bratislava, procedente de México, y con un desfase de siete horas.

SIN AUTOCRITICA No hubo ayer ni una palabra de autocrítica por la eliminación. "Nos hemos enfrentado a un equipo que ha demostrado tener un gran nivel y aunque no estoy contento con el 3-0, me siento orgulloso del nivel y preparación de los jugadores", valoró Arrese. El capitán recalcó que la derrota se había producido por "pequeños detalles" y no quiso hablar del futuro del G-2 tras el KO. "En eso no pienso. Hemos hecho lo que creíamos, y a otros les tocará juzgar".