Michael Schumacher, el heptacampeón del mundo de Fórmula Uno y actual asesor de la escudería Ferrari, considera que es un "gran honor" haber sido distinguido con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes del 2007, dos años después de que Fernando Alonso, el bicampeón del mundo, recibiera el mismo galardón sin haberse coronado aún rey de la categoría. Schumacher, que ni siquiera ofrecerá una rueda de prensa durante su estancia en Oviedo, no quiso valorar si fue prematuro premiar a Alonso, su rival en el 2006, el año de su despedida de las pistas.

"¿Por qué? Ni siquiera pienso en categorías como ésta. Hay un jurado compuesto por gente muy honrada y ellos deciden según sus razones", zanjó la polémica el piloto alemán, el hombre que recomendó a Ferrari que Kimi Raikkonen ocupara su plaza en la escudería italiana una vez que decidió abandonar las pistas. Un año después de su retirada, Ferrari se ha llevado los títulos de constructor y de piloto. Un éxito inesperado.

Schumacher recibirá el galardón en Oviedo, en territorio Alonso. El piloto de McLaren, que conocerá su futuro en la primera semana de noviembre, estará el viernes en el Teatro Campoamor después de pasar unos días de descanso en Suiza.

De vuelta a su país

El piloto alemán recibirá el premio y regresará a su país. No, no opinará del inesperado desenlace de la última carrera del Mundial ni, por supuesto, de la situación de Fernando Alonso en McLaren. "Mi nuevo desafío es pasar todo el tiempo que sea posible disfrutando con mi familia", se escabulló Schumacher, un heptacampeón involucrado en el desarrollo del Ferrari Enzo. Sí respondió cuando se le cuestionó si algún piloto llegaría a igualar el récord de siete títulos que tiene en su poder. "Es algo difícil de predecir", dijo antes de recordar que nadie creía que él pudiera superar los cinco mundiales de Juan Manuel Fangio.