El césped de la Ciudad Deportiva no tuvo ayer botas que lo maltrataran, ni gritos en una mañana fría, y solo el jardinero arregló las típicas calvas del campo de entrenamiento con mimo. Mientras, Marcelino, todo el cuerpo técnico y la plantilla del Real Zaragoza se encerraron durante más de dos horas y media. La versión oficial es que la charla duró unos 25 minutos, mientras que el resto del tiempo se dedicó a trabajo de gimnasio, pero lo cierto es que se suspendió el entrenamiento que Marcelino había programado, por lo que la opción de que la charla se prolongase más de lo esperado cobra mucha fuerza. Además, la plantilla estaba citada a las 13.00 horas en las oficinas del Real Zaragoza para celebrar la Navidad con la junta directiva, pero los jugadores, a las 13.30, aún estaban en la Ciudad Deportiva.

Así se resume la mañana de ayer, en la que el grupo volvía a reencontrarse tras tener el lunes de descanso y entrenar en Vigo el domingo, pero que se marchó a casa sin tocar balón. Con el partido del Alicante en el horizonte, último para cerrar un 2008 para olvidar, al técnico asturiano le quedan tres días para preparar el encuentro sobre el césped. Gabi fue la única voz que se pronunció acerca de la suspensión del entrenamiento y del alargamiento de una charla que ya estaba pactada por Marcelino y que tenía como motivo principal la baja forma mostrada en Balaídos el sábado. "No ha sido una mañana especial, ha sido una reunión de unos 25 minutos igual que las que hacemos después de cada encuentro. Hemos hablado del partido del Celta y hemos sacado conclusiones con diálogo, porque siempre lo hacemos así después de los partidos", dijo el madrileño.

FALTA DE REGULARIDAD El medio del Real Zaragoza no conoce los motivos del mal juego del equipo. "Si lo supiésemos intentaríamos arreglarlo, pero tenemos demasiada ansiedad por hacer las cosas bien y eso nos perjudica. Ante el Celta regularidad tuvimos poca, ellos empezaron muy fuerte y cuando nos quisimos dar cuenta, que fue en la segunda mitad en nuestro mejor momento, ellos nos metieron el gol. A partir de ahí no supimos afrontar el resto del partido", aseguró Gabi. En Balaídos, la plantilla adoleció de la regularidad que se le espera y por ello cayó por 2-0, pero el deseo de los jugadores es enmendar estos errores y cerrar el año con tres puntos más en el casillero e intentar olvidar el paso atrás sufrido frente al Celta. "Frente al Alicante tenemos que corregir los fallos y volver a ser el equipo contundente de siempre, porque lo del Celta fue un paso atrás y un accidente", sentenció Gabi. El Real Zaragoza se entrena hoy, a las 10.30 horas, en La Romareda.