Será la próxima madrugada. Y esta vez de verdad: 4.00 horas (TVE-1). Phillip Island, Australia. Solo queda por dilucidar el título de 125cc. Que no es poca cosa. Como el de MotoGP (Jorge Lorenzo) o el de Moto2 (Toni Elías), tendrá nombre español. Tres de tres, todos, lo nunca visto. La cosa está entre Marc Márquez (247 puntos, ocho victorias), Nico Terol (244, tres triunfos) y Pol Espargaró (235, tres primeros puestos), que afrontan la carrera de mañana sabiendo que la lluvia, anunciada a bombo y platillo por los meteorólogos de la zona, puede arruinar sus aspiraciones. Ese agua convertirá en delfín a Lorenzo ("ha llegado la hora de pasárselo en grande") y en escurridizo competidor a Dani Pedrosa, que ayer se probó y no quiso asegurar su presencia en la parrilla de salida de mañana. Y menos, si llueve.

Los entrenamientos de ayer demostraron que Lorenzo se ha sacado un peso de encima y vuela en busca de una nueva victoria, la octava del año, cosa que no se ha producido en los últimos cinco grandes premios, en los que ha cosechado el título: tercero en Indianápolis, segundo en Misano, cuarto en Alcañiz y Motegi y tercero (cetro incluido) en Sepang.

Lorenzo fue ayer el mejor. Casey Stoner, que corre en casa, se quedó a 0,3 segundos. Valentino Rossi fue séptimo, a más de un segundo. Pedrosa, a más de 10 segundos. No cuenta. No vale. El tricampeón catalán solo dio seis vueltas al precioso Phillip Island, 20 menos que su compañero Andrea Dovizioso, trece menos que Lorenzo. Está castigado, aún le duele su clavícula izquierda.