Todo el mundo sabe que Sebastian Vettel se considera ya campeón del mundo de F-1. Perdón, bicampeón. Todo el mundo sabe que ni las artimañas ni las trampas que la propia FIA se hace a sí misma para animar su circo surtirán efecto. Al otro lado del muro, en el campeonato de las dos ruedas, una cosa está clara: los líderes, los favoritos, los que ganaban hasta ahora, es decir, Nico Terol (125cc), Stefan Bradl (Moto2) y Casey Stoner (MotoGP) tendrán que seguir partiéndose la cara, desgastando sus monos, apretando los dientes y derrapando a saco si quieren mantener vivas sus posibilidades de éxito.

Alemania, Sachsenring, el trazado más pequeño y revirado del Mundial (junto al de Laguna Seca, próxima parada, este fin de semana), un circuito de izquierdas, era, decían, la prueba del 9. Suspendieron los jefes; sacaron matrícula sus perseguidores y todo quedó patas arriba, con Terol fuera del podio y dolorido (ganará, pero, en tres carreras, ha perdido 18 puntos con respecto a Johann Zarco y 19 con referencia a Maverick Viñales); Bradl, derrotado en su propia casa por Marc Márquez, el rookie de Moto2, que, en tres carreras, le ha quitado 35 puntos; y Stoner, humillado por Jorge Lorenzo con un último adelantamiento magistral e hiriente en la última curva, que relegó al australiano a la tercera posición en el día que resucitó Dani Pedrosa. Stoner ya nota el aliento del tricampeón mallorquín: le ha restado 13 puntos en las dos últimas citas, Mugello y Sachsenring.

"Nico (Terol) tiene aún una ventaja considerable (32 puntos), pero sabe que ni Viñales ni yo vamos a bajar la guardia y pelearemos a tope por complicarle el título", señaló Zarco, que ayer cumplió 21 años con un nuevo desencanto pues tras empatar en el video finish y en el crono con Héctor Faubel, dieron ganador al español por haber logrado la vuelta rápida en carrera, cosa que ya ocurrió con Jorge Lorenzo y Andrea Dovizioso en el GP de Qatar en el año 2004.

"Si yo fuese Bradl estaría tranquilo. Tiene 47 puntos de ventaja. Con ser segundo siempre, gana el título. Yo, si acabo entre los tres primeros, es fantástico", contaba Márquez, convencido, él y todos, de que, tras enlazar tres triunfos seguidos (récord en la categoría), está en disposición de buscarle las cosquillas al Vettel de las dos ruedas.

Alemania fue el escenario del segundo triplete seguido de la armada española (11° en toda la historia) y aunque el impulso de Faubel, que no ganaba desde el 2007, fue maravilloso y el coraje e inteligencia de Márquez providencial, lo cierto es que la guinda a ese pastel la puso un magistral Pedrosa, que saltó del quirófano al gimnasio y de la sala de masaje al escalón más alto del podio. Pedrosa pilota una Honda. Lorenzo acecha a Stoner con Yamaha. ¿Frenará Honda a Pedrosa?