En la primera cita de altura de esta pretemporada, un Zaragoza aún por hacer no dio el perfil. El conjunto de Aguirre cayó por 2-0 ante el West Ham en Upton Park y suspendió su primera prueba preparatoria. La falta de presencia en el ataque y, sobre todo, el déficit de gol fueron las grandes carencias de un equipo que saltó, como se esperaba, con cinco defensas atrás. Juan Carlos y Leo Franco fueron las notas más positivas en la imagen global.

Desde el primer momento, el Zaragoza salió a interpretar su papel sobre el césped sin tapujos. Esperó atrás e intentó sorprender al contragolpe con la velocidad de sus tres hombres en ataque. Así, la primera ocasión que tuvo el Zaragoza fue tras el pase de un atrevido Pinter --que después se difuminó-- hacia Juan Carlos. El envío, demasiado largo, terminó en la manoplas de Green. El West Ham, atento a esta circunstancia, se ordenó en todas sus líneas. También se hizo con el balón tras el primer amago de ataque del Zaragoza. Mientras, el galgo pudo sorprender de nuevo. Un robo y una carrera rápida de Ikechukwu Uche hicieron que Juan Carlos se adelantara demasiado para recibir el envío y por ello la acción terminó en fuera de juego.

Esas acciones aisladas, en las que el Zaragoza intentaba tocar el balón y combinar algo, fueron un mero espejismo. Los Hammers sometieron a un constante acoso y derribo a los hombres de Javier Aguirre. Con Nolan como cabecilla de esta encerrona las ocasiones empezaron a caer sobre Leo Franco, que respondió bien a esos avisos. Poco después Faubert, Piquionne o Taylor se animaron, especialmente el francés que habilitó en varias ocasiones a sus compañeros e incluso se atrevió a probar suerte. Finalmente fue Taylor quien rompió el empate. Una gran conexión en el ataque de los ingleses quebró la defensa del Zaragoza y dejó al autor del primer gol en el área de castigo, para finalizar con un gran disparo. El gol solo era la primera falta del test, la primera marca en rojo.

La segunda muesca llegó en la escasez de pegada. El equipo demostró estar lejos de un equilibrio completo. Mientras los tres centrales dejaron buenas sensaciones, pese a flaquear en el primer gol, en la zona de ataque, hubo pocas ideas. Fue la gran causa de esa mala nota en esta prueba. Juan Carlos, Uche y Oriol estuvieron siempre demasiado aislados, desconectados del resto de zonas.

NULA REACCIÓN Entró Lafita en la segunda parte. Aportó más frescura y dos minutos después de pisar el terreno de juego ya gozó de una ocasión, pero su disparo salió lejano puesto que el canterano se desequilibró a la hora de golpear. Tras este aviso, la escuadra aragonesa dio, sin premio, un tímido paso adelante.

Javier Aguirre probó con Jorge Ortí y con Joel Valencia, que sustituyeron a Uche y a Juan Carlos, pero el panoráma siguió igual. También quiso agitar el árbol en busca de frutos el técnico mexicano quitando a Pinter y dando entrada a Kevin Lacruz, pero los resultados fueron prácticamente idénticos a lo que ya se había visto en el segundo acto del choque.

Mientras tanto, el West Ham continuó jugando su partido ajeno a todas las pruebas de el Vasco y a la falta de ideas pese a llegar algo más. De esta manera, al borde del descuento el conjunto británico puso la puntilla a los zaragocistas. Una jugada que inicio, precisamente, el deseado Pablo Barrera. Dinamita habilitó a Sears que ajustó al palo derecho con un disparo seco. Un tanto, de bella factura, que terminó poniendo el sello rojo en el expediente del Zaragoza. La segunda prueba en Norwich debe servir de reválida.