Sevilla es la casa de Manolo Jiménez, historia viva de ese club como jugador, donde nadie ha jugado más partidos que él, y además entrenador del filial y del primer equipo. El ahora técnico zaragocista ha pasado más de media vida en Nervión, pero hoy acude a su hogar con la necesidad de ganar, o al menos de sumar ofreciendo buenas sensaciones, porque es absoluta la obligatoriedad de dar un cambio radical a una tendencia desastrosa, a una racha de diez jornadas sin ganar, con cuatro puntos de los últimos 30 para ser el único que no ha vencido en este 2013. Casi nada. Las derrotas del Celta y del Mallorca, que vendió cara su piel en el Bernabéu, han hecho que el cuadro aragonés viva una semana más fuera del descenso, por lo que todo que sea sumar en Nervión le dará más oxígeno con la zona de peligro, ahora a dos puntos, teniendo en cuenta que tras el parón por la Romareda pasa el Real Madrid.

Manolo Jiménez acude a su casa en, probablemente, su momento más duro como entrenador, donde coleccionó buenos números en el Sevilla y en el AEK, al que llevó al título de la Copa griega, y firmó una permanencia milagrosa con el Zaragoza, además de una más que aceptable primera vuelta este curso. Sin embargo, el motor zaragocista anda gripado y el bloqueo mental que sufre un equipo al que se le ha olvidado ganar es notorio. Asegura Jiménez que no teme por su puesto, tiene aún crédito del merecido que logró desde que llegó y esta semana el llamamiento desde la entidad ha sido a la calma, a la tranquilidad y a la confianza plena en el entrenador y en la plantilla. Otra cosa es lo que piense Agapito Iglesias, el que está muy presente en el club sin ser visto.

EL PLANO PSICOLÓGICO Sin embargo, no hay técnico en el mundo que se pueda sostener sin lograr victorias, por lo que una derrota y una mala imagen en el Sánchez Pizjuán esta tarde volverían a disminuir el margen de maniobra de Manolo Jiménez, que es consciente de que necesita ganar ya, por él y por el equipo, porque tampoco existe un vestuario que resista unido cuando las jornadas sin ganar empiezan a acumularse en demasía. Y en el caso del Zaragoza ya van nada menos que diez.

La marcha atrás de Míchel en la ansiosa búsqueda de un mediocentro ha desviado la atención en los últimos días del trascendental duelo. El jugador del Getafe era una apuesta personal de Jiménez, por lo que eso también refuerza el crédito de un entrenador que se quedó al final sin Romaric cuando éste tenía muchas papeletas de titularidad en su regreso al Pizjuán. Esta vez fueron las molestias en su gemelo lesionado, donde asegura seguir con dolor. El caso es que Roma no deja de perder trenes en el Zaragoza, uno tras otro para que ya no queden dudas en catalogar su fichaje como el mayor fiasco hasta ahora del curso.

La baja de última hora de Romaric, la ya conocida de Apoño, el jugador más vital según Jiménez, y la más que probable vuelta al 4-1-4-1, al trivote en el medio, permitirán que Movilla se mantenga en el once y que regrese Stefan para completar trío con José Mari, salvo que la sorpresa sea Pinter. También debe volver Loovens en el eje, pero no lo hará Roberto, que vuelve a una lista, pero no a la titularidad. Jiménez ve mejor a Leo Franco tras la dura recuperación de su portero titular y ayer confirmó que jugará el argentino.

En el resto, hay dudas, porque Jiménez, además de trabajar a puerta cerrada, ha sido un torbellino de trabajo y de pruebas esta semana. Más que nunca, lo cual ya es mucho que decir, porque si algo no se le puede negar al de Arahal son el empeño y las horas de dedicación.

FORTALEZA EN NERVIÓN El Sevilla, que ha perdido a última hora a su portero Beto por gripe, aún sueña con Europa, para lo que se agarra a los goles de Negredo, que tiene en el Zaragoza a una víctima predilecta, y a la velocidad de Navas, además de a una mayor consistencia en la medular, donde se planteará la batalla hoy. El equipo andaluz ha ganado todos los partidos en casa desde que llegó Emery y se agarra a su solvencia ante su gente para pensar que aún puede sacar el billete continental.

El club sevillista ha incentivado la asistencia a Nervión con descuentos y 2x1, por lo que es seguro que esa afición estará al lado de los suyos. Contra ese ambiente tendrá que luchar un Zaragoza al que se le da fatal este escenario. En sus últimas cinco visitas ligueras colecciona 18 goles y cinco claras derrotas. El campo es una pesadilla en la historia reciente, pero hoy es obligado que esa leyenda negra acabe. Es vital un cambio radical.