El CAI Zaragoza cumplió su parte. Venció y convenció ante un pobre UCAM Murcia logrando una amplia diferencia (103-67, +36), es decir, hizo cuanto estaba en su mano para acceder a la Copa del Rey. Ahora ya no depende de sí mismo y debe esperar que tropiecen uno de sus antecesores en la clasificación, Laboral Kutxa, Tenerife o Gipuzkoa. Independientemente de que acabe o no entre los ocho primeros, el equipo aragonés dio un paso más como bloque, mostró de nuevo una gran variedad de virtudes y dejó la sensación de haberse encontrado definitivamente al término de una primera vuelta irregular pero con unos números más que aceptables, con solo una victoria menos que hace un año.

Ante el Murcia fue de menos a más, elaborando la victoria poco a poco, a cocción lenta. La receta es la ya conocida, defensa, transiciones rápidas, búsqueda de buenas posiciones exteriores y un gran acierto, sobre todo de tres. El CAI fue superior a su rival en todo. Baste un dato para explicar la gran diferencia: los aragoneses fueron un equipo, los murcianos no. Todos y cada uno de los jugadores de rojo que saltaron a la pista acabaron anotando, mientras que en el conjunto de Marcelo Nicola se salió Tillie (27 puntos) y todo lo demás fueron jugadas para Mickeal. Entre los dos acapararon 38 de los 56 lanzamientos de dos del Murcia, 19 cada uno, lo que puede valer para grandes números individuales y no para ganar partidos.

Y eso que el equipo de la Universidad Católica salió entonado, agresivo, seguramente con una nueva mentalidad tras el cambio en el banquillo. Además, puso en práctica alguna cosa nueva que el CAI no se esperaba porque aún no había podido verlo y al conjunto aragonés le costó ajustarse y adaptarse al partido. Tillie le hizo un roto a la defensa local. En seis minutos había logrado 10 puntos y ya sumaba 14 de valoración. Con 10-14 paró el tiempo José Luis Abós, salió Stefansson, se buscó una mayor fortaleza interior con Jones, y el CAI poco a poco fue haciéndose con el control del partido.

Le costó pese a que el Murcia se reducía cada vez más a dos hombres, Tillie y Mickeal. Al principio el CAI se hizo fuerte por dentro. En la primera parte predominaron los anotadores interiores hasta que en el tercer cuarto se desmelenó definitivamente el equipo zaragozano. Dos triples había logrado en 20 minutos, seis consiguió del 20 al 30 --con cero acabó el partido el Murcia--. Llompart, Rudez, Stefansson... y Shermadini logrando varios dos más uno, que también suman tres. Total, un parcial de 38-11 demoledor que rompió el partido, hundió al Murcia y permitió al CAI pensar en otro objetivo, lograr la mayor diferencia posible.

Apareció entonces Sanikidze, inspirado al fin en ataque, se puso a los mandos Llompart, y el CAI siguió sumando y sumando. Aparecieron también los árbitros con dos faltas en ataque consecutivas a Shermadini bastante curiosas y al final fueron 36 los puntos de diferencia. Puede no ser suficiente para la Copa, pero sí vale y mucho para que el CAI se convenza de lo que es y de lo que puede ser.