Dentro de la cascada de pruebas populares, había un hueco para otra carrera. Al técnico Alfredo García se le encendió la bombilla y impulsó la Papanoelada competitiva. Se celebró el día de Nochebuena en la Expo. Los casi 400 corredores fueron con gorro de Papá Noel.

Todo se creó a raíz de una iniciativa que tuvo el técnico del Simply Scorpio hace seis años. Se organizaba el martes anterior a la Lotería de Navidad. "Con mi grupo de entrenamiento creamos una carrera entre amigos. Salíamos desde la Universidad una veintena de atletas entre los que estaban Carlos Mayo, Daniel Olid, Ana Lecha... Yo llevaba un altavoz cantando villancicos". El grupo iba con gorros de Papá Noel por la Plaza de San Francisco, Fernando el Católico, Gran Vía, Independencia, Plaza de España, Alfonso I y terminaba en el Belén de Pilar.

Pero este año Alfredo García quiso hacer algo más en serio. "Quería hacer una cosa más institucional con la ayuda del Scorpio y la empresa Superación". El técnico pensó que la parte solidaria la protagonizaría Aspanoa, la asociación vinculada con los niños con cáncer. "En el colegio Cristo Rey tenemos un niño con esta enfermedad y pensé qué mejor manera de dedicarle la carrera que destinar para de la inscripción a esta institución".

El pistoletazo de salida de los niños se dio a las cinco junto al pabellón de Aragón de la Expo desde las distancias de 250 a 400 metros. "Los más pequeños eran de hasta tres años. Con la inscripción se les dio a todos un gorro de Papá Noel y una bolsa del corredor". A las seis ya era de noche en la ribera del Ebro. Fue cuando salieron los corredores mayores. El ganador de los cinco kilómetros fue César Larrosa. El segundo fue Luis Polanco y el tercero José Irisarri. La primera chica fue la liebre de los cuatro minutos. Se llama Sandra Pérez. "Fue mucho el mérito de César Larrosa porque estuvo dos horas y media antes de la carrera poniendo las vallas del circuito. ¡César es un máquina!", reconoce García.