La pretemporada del D-Link Zaragoza dejó mucho que desear. El conjunto aragonés no fue capaz de superar a ningún equipo de la máxima categoría a los que se iba a enfrentar en los próximos meses en la Liga Nacional de Fútbol Sala. El balance final fue de tres victorias ante contrincantes de menor enjundia, un empate y cinco derrotas encajadas.

Ante estos resultados se cernían las dudas sobre Quique Soto, el nuevo entrenador en el que confió la directiva del club para dar inicio a una nueva aventura. Soto se estrenaba en la primera categoría, sin experiencia alguna.

Sin embargo, el entrenador toledano y los suyos estaban tranquilos y ansiaban el inicio de la competición para demostrar sus posibilidades. "Nosotros sabíamos que la pretemporada no fue muy buena en resultados, pero sí en juego. Teníamos jugadores nuevos, un concepto diferente de juego y cuando se cambia el entrenador siempre cuesta bastante y se nota a la hora de trabajar", explica Quique Soto.

Y no le faltaba razón. El primer encuentro era ante un rival difícil y muy superior a los zaragozanos como el Barcelona, pero éstos plantaron cara hasta el último segundo. Incluso se llegaron a merecer el empate. El esfuerzo lo supo agradecer la afición, marchándose los jugadores ovacionados del pabellón Siglo XXI.

Enseguida llegó la primera victoria del D-Link, en la segunda jornada contra el Juma en Antequera por 1-2. En tan solo los dos primeros duelos ligueros, la mejora en el juego era evidente y el D-Link comenzaba a recoger los frutos de todo el trabajo bien hecho desde el mes de agosto.

Aún así, Quique Soto destaca el esfuerzo realizado por sus pupilos desde el primer día: "La imagen en cuanto a nivel futbolístico está claro que ha mejorado, pero la implicación de los jugadores desde que empezamos siempre ha sido máxima".

Buena trayectoria

Pero estas progresiones no solamente fueron flor de un par de encuentros. El D-Link suma uno de los mejores comienzos de los últimos años, asumiendo unos números de playoffs. En seis jornadas, tres victorias, dos empates y una sola derrota que se traducen en once puntos y en una momentánea quinta posición.

Es más, en las últimas ocasiones que el equipo zaragozano se clasificó para la lucha final por el título, no había empezado tan bien en las primeras seis jornadas. En la campaña 2012-2013 logró seis puntos, mientras que en la temporada 2011-2012 consiguió cinco.

Para encontrar ejemplos similares hay que retrotraerse más de una década, ya que en las campañas 2002-2003 y la 2003-2004 se clasificó para los playoffs consiguiendo siete y seis puntos, respectivamente, en las primeras seis jornadas.

Sin embargo, Quique Soto confía en la filosofía tradicional del partido a partido sin querer mirar, por el momento, a cotas más altas. "Por la complejidad que hay en esta Liga no queremos pensar más adelante porque se te puede torcer en un momento. Pensar en grandes logros sería un error. Nuestra posición es buena pero tenemos que pensar solamente en el siguiente partido porque puede pasar cualquier cosa en una sola décima de segundo", comenta convencido.

La única nota negativa es la eliminación copera en el último segundo contra el Jaén. Pero el técnico prefiere ser realista y asumir que su equipo no estaba preparado para asumir dos competiciones de tales características: "Tenemos una plantilla de doce jugadores y hubiera sido difícil mantener la exigencia. Nos tenemos que centrar en la Liga".