Álex Márquez tuvo que echar de la puerta del box de Repsol Honda con cajas destempladas, a Mariano Vitali, el hombre que cuida del casco de Valentino Rossi, y a Cesarino Salucci, padre de Uccio y presidente del club de fans del Doctor. Mariano y Cesarino fueron allí a buscar camorra. "¡Encima!", gritó Álex. Y es que la maquinaria de Rossi se puso en marcha en cuanto comprobaron que podían perder el décimo. Movieron cielo y tierra y, finalmente, el Mundial se apiadó de su estrella. Le pusieron tres puntos de sanción en el carnet de piloto, que, añadidos al que recibió en Misano, le obligarán a partir desde la última fila de la parrilla del GP de Valencia. "Poca cosa para alguien tan veloz", denunció Jorge Lorenzo.

Los minutos que siguieron al incidente fueron un auténtico caos. Rossi, que ha amenazado con no correr en Valencia ("Si he de salir el último es como si me cortasen las piernas, he de pensarme si vale la pena ir"), ni siquiera se presentó en la sala de prensa (subir al podio sí subió, y se chuleó de haber ganado 16 puntos, cuando lo lógico es que se los hubiesen quitado) y solo cuando Yamaha le hizo reflexionar convocó a los periodistas para decir que se había cumplido lo anunciado el jueves: "Marc no quiere que sea campeón y ha hecho todo lo posible para hacerme la vida imposible. Yo no quería tirarlo, solo arrinconarle, decirle: '¡Pero qué coño haces!' Y, de pronto, me ha tocado y creo que se ha caído". Creo. Tremendo. "La jugada le ha salido perfecta y, vista la reacción que ha tenido Lorenzo, incluso se puede pensar que lo habían pactado todo. Sí, lo sospecho, sí".

"Me parece increíble todo lo que dice Valentino Rossi. Tengo la suerte de que lo ha visto todo el mundo. Nunca me imaginé que alguien pudiese comportarse así", señaló Marc Márquez, sereno y dolido. "Nos jugamos la vida en cada curva y va él y me suelta una patada para tirarme. ¡Tremendo! Por supuesto que habrá un antes y un después tras esta agresión, entre otras cosas porque no creo que sea el único que le ha perdido el respeto, creo que esta acción le ha abierto los ojos a mucha gente". Márquez relató el momento: "Cuando me lanzó las dos miradas retadoras, me temí lo peor, pero jamás algo así".

Tanto Márquez como Lorenzo creen que es "una vergüenza" que no hayan castigado a Rossi con un gran premio de sanción. "Era roja directa", dice Márquez. "Para nosotros --coincidieron los dos por separado-- lo que estaba haciendo este año era, si lo conseguía, para ser un gran campeón. Ahora, con esta segunda oportunidad que le han dado, incomprensible dada su acción, si lo conquista será campeón, pero no un gran campeón".

"Estoy asqueado de la ridícula sanción que le han puesto, pues merecía perder los 16 puntos y no poder correr en Cheste la última carrera, como hicieron conmigo cuando tenía 17 años", comentó Lorenzo. "Salir el último significa que ya he perdido el título, así que no sé si ir o no ir", manifestó Rossi a los periodistas italianos. Ni que decir tiene que nadie le cree. "Si llueve, en tres vueltas está con el grupo de cabeza. Es una vergüenza", insistió Lorenzo.