Juan Carlos Caamaño es el presidente de la Federación Aragonesa de Balonmano. Lleva 30 años como profesor del colegio de Moncayo, que fue una de las grandes canteras aragonesas con el popular Villo. De allí salieron figuras como Jorge Gómez, Cristian Postigo o Guillermo Ros. Pero los tiempos cambiaron y el fútbol sala se convirtió en el deporte rey. Ahora ha vuelto a resurgir el balonmano y cuenta con una cantera de once equipos. El gran referente es el equipo infantil masculino que ayer ganó en el pabellón de Valdefierro el título regional. Se impuso a la gran cantera de Dominicos por un apretadomarcador de 28-26.

«Ya ni recuerdo cuando fue la última vez que Moncayo ganó un título regional escolar», afirmaba Caamaño, cuyo cargo exigía diplomacia sobre la cancha, pero por dentro era feliz que Moncayo reverdeciera viejos laureles. Este encuentro inició un maratón de seis horas de buen deporte, emoción y gran deportividad entre las hinchadas.

La mañana fue de más a menos en emociones. Las finales masculinas fueron igualadas y espectaculares. Dominicos no pudo ganar ninguna de ellas pese a tener la mejor cantera aragonesa. El pulso fue igualadísimo entre ambos equipos, pero los cinco minutos finales del cuadro de Iván López fueron horrorosos.

Después llegó el partido de la mañana, los cadetes del Stadium frente a los de Dominicos. Los favoritos eran los chavales de Juan Luis García Velilla y José Luis Tejel. Casablanca es un equipo con gran potencia física, con varios morlacos que daba la impresión que jugaban con un equipo de niños. No habían perdido un partido en toda la Liga, pero estuvieron a punto de perderlo. El Stadium jugó agresivo y al límite del reglamento en algunas ocasiones y el primera línea colegial Mario Hernández llevó el compás del partido de forma magistral con su portero Mario Flores colosal. Pese a hacerle una mixta Casablanca la segunda mitad, Dominicos estuvo en el partido hasta el final, pero perdió (30-27).

En chicas fue la gran mañana del Balonmano Colores. Este equipo de integración por antonomasia tuvo su gran premio gordo con dos títulos. Se enfrentó al clásico de La Jota. Pero sus choques no tuvieron mucha historia. En infantiles Nicxon Ngo Miobi llevó a su equipo en volandas (9 goles) ganando por 15-23, pese a los prometedores inicios de La Jota. Y lo de las cadetes fue una exhibición de Colores (36-18). Con el freno echado la máquina negra jugó a placer frente al impotente equipo dirigido por Chechu Gargallo.