Este sábado participará como ponente en las Jornadas de Mujer y Montaña que organiza en Jaca el Club Montañeras Adebán. ¿Qué significa para usted participar en este evento en su propia casa?

Por supuesto que es un orgullo. Me hacen muy feliz al haberme invitado y estoy encantada de poder participar. Es importante que haya jornadas como estas donde se vea que hay mujeres que hacen cosas y cosas importantes.

Es invitada porque es un referente para muchas escaladoras y alpinistas en Aragón, España y en el mundo. Usted empezó en la roca hace más de veinte años. ¿En qué se diferencia la actual Cecilia Buil de esa Cecilia Buil que empezaba?

Es que no había muchos referentes femeninos cuando empecé. Entonces había muy pocas que destacasen y casi todas eran muy lejanas. En todo el mundo estaban Catherine Destivele, Lynn Hill… y en España podía citar a Miriam García Pascual, que fue la que más hizo de alpinismo y era muy polivalente, y Ana León.

Abrir la cordada en un mundo de hombres no fue sencillo. ¿Seguir esos ejemplos sirve para avanzar?

Tener referentes es esencial. Verte reflejado. Pero no solo eso. Que sea alguien cercano, que no sea alguien tan ajeno como una americana, sino que está en un territorio igual al tuyo, de tu mismo país, con tus mismas condiciones para hacer tus proyectos de escalada. Cuantos más haya mejor. Pero el mejor referente es alguien que incluso conozcas y que admires por su progresión en la escalada, en el deporte o en lo que sea. Si es una súper estrella no te puedes sentir tan implicado con él.

Al ser menos, en sus inicios tuvo que sufrir esos estereotipos.

Me he tenido que escuchar muchas cosas y me las tengo que seguir escuchando todavía. Sí se va avanzando. Cuando algo lo hace mayoritariamente un sexo, y me da igual que sea un hombre haciendo aerobic, va a tener que escuchar de todo. Cuantas más mujeres se ve haciendo escalada, más se va normalizando y reduciendo el ruido. El acceso a los rocódromos y a la aventura a las mujeres se ha ampliado y cada vez hay menos comentarios que no tendríamos ni que escuchar.

Pero ahora la barrera de género se ha reducido, al menos, en participantes habituales en deportes de aventura. ¿Cuál es el siguiente muro que debe superar la mujer en el mundo de la montaña?

Está claro, porque solo hay que observar la cantidad creciente de federadas y compararlo con la escasez de directores técnicos en las federaciones. Ahora ha habido un cambio y yo aún tengo la esperanza de que se produzcan variaciones. Espero no perder la fe. Pero hay más síntomas, como la cantidad de representantes en marcas que son mayoría de hombres y las pocas mujeres.

En general en todo, es un número muy pequeño de chicas que, con carácter para hacer deportes de montaña, cuerpo, valía y pasión, alcanzan ciertos puestos, como, por ejemplo, ser formadoras. ¿Dónde está esa barrera?

El ambiente sigue siendo muy masculino y tira para atrás. Como hay estructuras que están muy feminizadas, aunque pasa menos. Al final la conciencia general de todo el colectivo cuesta cambiarla. Es poco a poco, se tarda tiempo, hay que tener paciencia y aportar el granito de arena que tengamos cada una. Aunque ha mejorado muchísimo, es muy difícil acceder a muchas cosas. Cuando veamos que las estadísticas no son del 3% de mujeres, sino que haya igualdad en la realidad podremos decir que todo va bien.

En sus proyectos ha combinado cordadas femeninas y mixtas. ¿Encuentra diferencias?

Que en las cordadas femeninas se entiende que el esfuerzo va a ir a medias, y que, en las mixtas, aunque como mujer seas la más fuerte, se sobreentiende que el chico está por delante. Es verdad que entre las chicas hay una relación ligeramente diferente en algunos aspectos de entenderse, mentales. Yo siempre en una cordada mixta he tirado a medias, como en una femenina. He escalado con mujeres y hombres y he funcionado de la misma manera. Depende de la personalidad y el nivel de cada uno.

Su ponencia versará sobre su proyecto ‘HuEllas on Ice’ en el que pretendió abrir vías de hielo en los cinco continentes.

Hablaré fundamentalmente de mi relación con la escalada en hielo, la razón por la que empecé, casi por obligación, y sin el casi, y que ahora es algo que me encanta. Que estoy esperando el invierno. Describiré el proyecto de escalar hielo de fusión, de cascada, en cada continente, todas las dificultades que me he encontrado, cómo buscábamos la información. Será interesante.

Es curioso que su proyecto se paró a pocos kilómetros de su casa en Bielsa y que le falta por completar justamente Europa.

Queríamos escalar algo coincidiendo con el aniversario del Parque Nacional de Ordesa. Pero no se pudo hacer porque había un nido de Quebrantahuesos a 464 metros y no a 500 metros que marca la norma. No nos dejaron, mientras en verano pasan miles de personas más cerca que yo y nadie dice nada. Es absurdo con las masificaciones que hay en otros momentos en el Parque, con la gente que había movilizado y que había venido una escaladora de Méjico de propio. Pero hay que seguir y agradecer todo el apoyo recibido, como el de mi patrocinador Huesca La Magia.

Siempre se ha alejado de lo convencional y ha buscado expediciones más auténticas, menos comerciales. ¿Qué tiene entre manos?

Los planes que tenía llevo un año y medio que se han ido al traste. Sí que tengo cosas en la cabeza, pero ahora aprovecho lo que tenemos en Huesca, que también es fabuloso en vez de pensar en expediciones fuera. Al menos hasta que todo se tranquilice y se pueda salir con normalidad.