Hablar de fútbol en España en los últimos años ha sido hablar de Casillas, Iniesta, Villa, Sergio Ramos, Fernando Torres, Xavi… Pero los tiempos cambian y 2021 deja un nombre que brilla con luz propia: Alexia Putellas (Mollet del Vallès, 4 de febrero de 1994). Ha llenado las vitrinas de su casa con galardones desde el respaldo del grupo con su equipo, el Barcelona, hasta las distinciones más preciadas a título personal. La guinda a un año en el que lo ha ganado todo fue el Balón de Oro. El maná para cualquier futbolista.

El siguiente reto para Putellas, quizá el más difícil, es el que va más allá de lo que sucede en el terreno de juego. Las señales dicen que puede convertirse en la figura que necesita el fútbol femenino en este país para subir al siguiente nivel. Ahora goza de una posición de fuerza y de visibilidad, no en vano la mejor jugadora del mundo está en España. Un icono.

Todas las niñas quieren ser como Alexia… y todos los niños, también. La catalana ha ejercido de líder en un Barça implacable que no solo ha ganado, ha arrasado. Un triplete histórico con la Primera Iberdrola, la Copa de la Reina y la primera Champions en la historia del club.

Pionera

Putellas se convirtió en la primera mujer española en ser galardonada con el Balón de Oro, premio que otorga la revista France Football, y en la segunda persona tras Luis Suárez, que lo consiguió en 1960. La de Mollet estuvo escoltada en el segundo lugar del podio por su compañera Jenni Hermoso. “Es un premio individual, pero sin duda es un éxito colectivo”, manifestó en el Teatro Châtelet de París la jugadora culé, quien toma el relevo de un estandarte de la reivindicación como es Megan Rapinoe.

Con Putellas también se cumple esa máxima no escrita ni comprobada científicamente de que a los zurdos les acompaña un aura especial. Polivalente en el campo, tanto por la izquierda como organizando por el centro o en el ataque, siempre poniendo la calidad al servicio del bloque. En septiembre renovó su contrato con la entidad azulgrana hasta 2024.

Sus raíces con el Barcelona son profundas. De pequeña acostumbraba a ir al Camp Nou en el autocar de la Peña Mollet, aunque su consagración en el equipo de sus amores no ha sido sencilla. Tuvo un viaje de ida y vuelta. Su camino se inició en el Sabadell, después pasó a la escuadra culé y luego al Espanyol, con el que debutó en Primera con 16 años, y prosiguió en el Levante antes de regresar en 2012 a su casa. Putellas ha ido labrando poco a poco su carrera hasta un 2021 en el que se ha producido su meteórica explosión.

Familia

Un recorrido con baches. En lo deportivo y, sobre todo, en lo personal. Porque Putellas perdió a su padre cuando tenía 18 años. Desde entonces, todos sus éxitos van dedicados a él. “Espero que estés muy orgulloso de tu hija allí donde estés. ¡Va por ti, papá!”, proclamó al recibir el Balón de Oro en un emotivo discurso que incluso hizo saltar alguna lágrima a Joan Laporta. Pero la de Mollet no se encuentra sola, ni mucho menos. Siempre se rodea de su madre, su hermana y su tía.

Ha sido un año redondo que arrancó con un logro no tangible, aunque repleto de simbolismo. Putellas hizo el primer gol anotado por una mujer en el Camp Nou, en el derbi contra el Espanyol (5-0). Una diana firmada saliéndose de su guion habitual: con un cabezazo a la escuadra al saque de un córner. La protagonista confesó después que no fue “consciente de dónde estaba jugando hasta más tarde”.

Un instante para enmarcar y recordar: “Tras la celebración con las compañeras, de camino a nuestro campo, me quedé un momento sola y es cuando me di cuenta de haber marcado el primer gol del Barça femenino en el Camp Nou”. Una especialista en bautizar estadios, puesto que el primer tanto del Johan Cruyff también lleva el sello de Putellas.

El conjunto azulgrana se paseó en la Primera Iberdrola de la pasada campaña. 33 victorias y una derrota, con 167 goles a favor y 15 en contra. La nueva reina del fútbol mundial sumó 18 muescas en liga y 26 entre todas las competiciones. El Barcelona lleva el mismo camino en esta temporada, cuenta por triunfos sus encuentros en el torneo doméstico y Putellas roza los dobles dígitos en tantos y asistencias. De hecho, es la jugadora que más pases de gol ha dado.

La Champions

Las catalanas se proclamaron campeonas de Copa de la mano de Lluis Cortés, quien renunció a su cargo por sorpresa en verano y fue relevado por Jonatan Giráldez. Batieron en la final al Levante (4-2) y Putellas fue elegida MVP sin discusión después de convertir un par de goles.

Con el panorama nacional dominado, al Barcelona le quedaba la espinita de la Champions. El ansiado título que figuraba en la cúspide de la pirámide y por el que el club decidió armar un proyecto plagado de estrellas. Las culés dejaron en la cuneta al Manchester City y al PSG, siendo el Chelsea el último escollo en Goteborg. Su hambre fue voraz y pasaron por encima del conjunto londinense: 0-4, con todos los goles en la primera mitad.

Putellas no se perdió la cita a pesar de ser duda hasta horas antes por unas molestias musculares y rubricó el 0-2 de penalti. Un triplete colectivo que dio pie a que la UEFA nombrara a la capitana del Barcelona como mejor futbolista de 2021 y también como la más destacada centrocampista de la Champions.

Sus hitos este año han trascendido al deporte. También ha sido la primera futbolista en obtener la Creu de Sant Jordi, “uno de los máximos reconocimientos que puede recibir una persona por parte de la Generalitat de Catalunya”. Todo suma en pro de una revolución del fútbol femenino que tiene a Putellas en primera línea de batalla.

“El verdadero triunfo vendrá cuando consigamos al cien por cien que haya la igualdad de oportunidades para niños y niñas en el mundo del deporte y en el mundo en general. Tenemos la responsabilidad de liderar el cambio porque hemos llegado para quedarnos”, dijo desde el estrado.

Con España

Pero del pasado no se vive y Putellas mira al futuro. Al margen de seguir repitiendo títulos con el Barça, lo que le queda es romper el molde con la selección española. No estuvo en los Juegos de Tokio porque no obtuvieron la clasificación, sin embargo en su horizonte emerge la Eurocopa de 2022 en Inglaterra, el país inventor del fútbol. España se verá las caras en la fase de grupos con AlemaniaDinamarca Finlandia y la final tendrá lugar en el mítico Wembley.

La de Mollet se ha convertido en 2021 en la jugadora con más internacionalidades, superando las 90 de Marta Torrejón, y lo ha hecho sin el característico dorsal 11 que luce en el Barcelona. Desde el pasado año, Putellas decidió vestir el 14 en homenaje a Virginia Torrecilla, quien sufrió un tumor cerebral ya superado e intenta regresar a la práctica del fútbol. Aunque solo se lo guarda hasta que vuelva con España. Ambas futbolistas debutaron a la vez con la selección en 2013 y antes habían compartido andanzas en las categorías inferiores.

Liga precaria

El brillo del Balón de Oro ejerce de contraste con la realidad que vive en el día a día la Primera Iberdrola en la que se desempeña Putellas. Sin ir más lejos, el pasado 18 de diciembre, el todopoderoso Barça se impuso (4-0) al Rayo Vallecano, un histórico de la competición que atraviesa un momento muy delicado. Con sus futbolistas denunciando públicamente las carencias que sufren. Una de ellas se lesionó en el Johan Cruyff y tuvo que ser atendida por los servicios médicos azulgranas, algo que no es la primera vez que les sucede.

Y sin pasar por alto la guerra de los estatutos que continúa vigente. Las partes no terminan de alcanzar un acuerdo, aunque ahora parece próximo, de modo que la liga no puede adquirir el cariz de profesional y la consecuencia es que sigue estancada sin margen para la evolución. Las propias jugadoras mostraron su contrariedad en noviembre con la intención de que se desbloqueara el entuerto.

El fútbol es el deporte con las diferencias de género más acuciantes en España. No se trata de equipararse con la liga masculina, pelean por unas condiciones dignas que sirvan de cimientos para poder crecer. De momento, la competición está anclada a la precariedad. Eso sí, una figura como la de Alexia Putellas que lo ha ganado todo puede servir de altavoz para que sus voces sean escuchadas.