De Tercera a liderar el grupo 3 de la 2ª RFEF en tan solo unos meses. De ser un equipo aragonés más de los coloquialmente denominados del fútbol modesto, a mirar de tú a tú a clubs históricos. Y todavía quieren más. El CD Teruel está viviendo un año de ensueño y, a pesar de que desde todos los estamentos de la entidad se insiste en la prudencia, lo cierto es que la euforia se ha instalado en la capital bajoaragonesa. La victoria del pasado domingo ante el Formentera permitió arrebatar el liderato a los baleares. «Para mí fue el partido clave de la temporada», apunta Víctor Bravo, entrenador del equipo. «Venimos de donde venimos y, siendo sinceros, todos firmábamos la salvación al comenzar el año, pero ahora sería mentir decir que no pensamos en esa posibilidad», añade el técnico acerca de la opción cada vez más real del ascenso a 1ª RFEF. 

Con más de dos tercios de la temporada ya disputada, el Teruel es primero aunque su ventaja es de tan solo de un punto. Detrás tiene a equipos como el propio Formentera, el Espanyol B o el Numancia. «Ascender directos es muy difícil porque solo sube uno, pero a la fase de ascenso van cuatro equipos y, por lo demostrado sobre el césped, creo que merecemos estar ahí», analiza Bravo. 

Pero, ¿cuál es la clave del extraordinario, y sorprendente, rendimiento del equipo? El entrenador de los turolenses apunta con mucha modestia a sus futbolistas. «Son un grupo con mucho talento, a lo que le están sumando una capacidad de trabajo y esfuerzo brutal», explica Bravo, que también señala hacia la dirección deportiva e institucional del club: «Me han dado los jugadores con las características que pedí y me dejan trabajar con total libertad».

"El equipo sabe en todo momento el qué quiere y cómo lo tiene que conseguir", dice Víctor Bravo

Hablando de aspectos más técnicos, el entrenador destaca cómo la plantilla ha sido capaz de entender su mensaje, «El equipo sabe en cada momento qué queremos y cómo lo tenemos que hacer», asegura el técnico, que señala también la fortaleza mental del grupo: «Somos ultracompetitivos. Pase lo que pase no nos descomponemos ni le perdemos la cara a los partidos». 

Tanto es así que solo tres duelos ha perdido el Teruel en los 22 disputados. «No sé qué pasará ahora, pero ¡que nos quiten lo bailao!», exclama Ramón Navarro, presidente del club, que confiesa su sorpresa cuando encuentra a su equipo en lo más alto de la tabla. «Ni en mis mejores sueños me hubiera imaginado lo que está pasando. Tenía mucho miedo a que fuera un año de sufrimiento y ha resultado ser todo lo contrario. Estamos disfrutando todos mucho», celebra exultante. En ese todos, un componente indispensable para entender el gran desempeño de los turolenses es la afición. «Se está viviendo un ambiente como yo no recuerdo en Pinilla, la gente está entregada con el equipo», afirma Navarro. No en vano, una media de entre 800 y 1.000 seguidores acuden al campo el día de partido, en un año que, pase lo que pase al finalizar el curso, quedará grabado en la memoria de todos los integrantes del club.

Doce partidos le restan al Teruel en la recta final de la temporada, y los aragoneses parten con ventaja en el tramo decisivo. La prudencia ha quedado atrás y la mira está ya en lo que sería un ascenso histórico. «No hemos hablado de primas por subir porque, de verdad, que todo esto está siendo inesperado, pero en ese caso cumpliríamos con creces con estos chavales, que se lo merecen todo», finaliza el presidente. Ahí queda el órdago.