El Periódico de Aragón

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Casademont Zaragoza

El primer paso para el regreso

El Balonmano Casademont Zaragoza inicia este sábado la Liga Nacional el primer año de un proyecto que mira hacia la élite. «Es un reto muy diferente para mí. Estoy muy ilusionado, pero hay que tener paciencia», dice Borges

La plantilla y el cuerpo técnico del Balonmano Casademont Zaragoza posan antes de un entrenamiento de esta semana ANDREEA VORNICU

Claro que el objetivo y en lo único que pensamos es en ascender, pero si no lo conseguimos este año no podrá decirse que es un fracaso». Con este aviso a navegantes comienza Alejandro Egea, técnico del nuevo Balonmano Casademont Zaragoza, cuando se le pregunta por las grandes expectativas que está levantando el equipo.

Y es que, tras varios años en la sombra, en la capital aragonesa se vuelve a respirar ambiente de balonmano. Buena parte de culpa la tiene el nuevo proyecto al que se ha sumado el Casademont, que tiene como fin último devolver el balonmano de élite a Zaragoza. Para ello queda mucho, pero ese largo e ilusionante camino comienza hoy. El conjunto aragonés debuta este sábado (17.30 horas) en la pista del Ereintza Aguaplast vasco en Primera Nacional, la categoría de bronce del balonmano español.

«El proyecto es muy ambicioso, pero no hay que olvidar que empezó hace un mes. Sería un error autopresionarnos de esa manera», insiste Egea, que, sin embargo, no puede ocultar su emoción ante semejante reto en su primer año al frente del equipo: «Vamos a trabajar sin descanso para que esto salga bien».

Alejandro Egea ANDREEA VORNICU

En el vestuario ya se están sintiendo durante la semana los nervios propios del inicio de la competición, en una plantilla que mezcla veteranía y juventud y en la que destacan sobremanera los nombres de Jorge Gómez y de Felipe Borges, dos históricos del extinto Balonmano Aragón y que han querido ser las cabezas visibles del nuevo proyecto. «Es algo muy diferente a lo que he vivido durante toda mi carrera, pero no por ello estoy menos ilusionado. Estoy con muchas ganas de empezar a competir», reflexiona un Borges que está entusiasmado con la oportunidad de poner su granito de arena en el nuevo Casademont. «Soy un poco pesado con los jóvenes, pero siento que puedo ayudarlos mucho y eso voy a intentar», confiesa el brasileño. 

El objetivo el ascenso, pero no conseguirlo no sería un fracaso. El proyecto comenzó hace un mes

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Algo que corrobora Alberto Egea. «Les da la brasa bastante más que yo», reconoce entre risas. «Y eso que me estoy controlando. Cuando estemos ya en competición tocará levantar la voz si es preciso, aconsejarles, darles otro punto de vista...», añade Borges.

Compromiso 

Escuchando al deportista olímpico, sorprende su altísimo nivel de implicación. «Todos los proyectos empiezan desde abajo y lo que marca la diferencia son las personas que lo forman», afirma el brasileño, al que le gustaría seguir ligado al club una vez que deje de ayudar en la pista. Borges mantiene el discurso de su entrenador: «Hay que tener paciencia, hay equipos más experimentados que van algunos pasos por delante».

Felipe Borges ANDREEA VORNICU

Para poder optar a la fase de ascenso, el Casademont deberá quedar entre los dos primeros clasificados en un grupo en el que hay otro conjunto aragonés, el Tarazona, que también debuta este sábado visitando al Beti Onak (18.00). «Creo que nuestros grandes rivales serán el Eibar, Bidasoa y Anaitasuna», subraya Egea, que confía en las posibilidades de sus pupilos. «Son un grupo joven que además de compañeros son amigos y están dispuestos a sacrificarse por el otro», analiza el técnico. «Vamos a ser un equipo con personalidad y la velocidad va a ser uno de nuestros puntos fuertes», apunta Egea. «Faltan detalles por pulir, pero estamos en la dirección correcta», puntualiza Borges.

Todos los proyectos empiezan desde abajo. Las diferencias las marcan las personas que los forman

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Salgan mejor o peor las cosas, lo que es innegable es que la ilusión por el balonmano ha vuelto a Zaragoza. El partido presentación del Casademont congregó en el pabellón Siglo XXI a 1.500 personas y ese es el deseo del conjunto aragonés, que la afición sea un factor diferencial a su favor durante la temporada. «Queremos ser el equipo referencia para todos. Podemos pedirles que vengan y que animen, pero también tenemos que corresponderles con nuestra labor para que se enganchen», explica Egea. En la misma línea termina Felipe Borges, consciente desde su veteranía de la importancia de un pabellón lleno. «Quiero ruido. Un ambiente caliente y que los notemos cerca, encima de nosotros. Eso es lo que nos gusta a los jugadores», apunta el brasileño: «Si vienen se van a divertir. Yo voy a dar mi máximo para ello».

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