Jesús Ángel García Bragado: la leyenda que eligió Aragón

El excampeón mundial, de 53 años, se retiró tras ocho Juegos Olímpicos y trabaja como podólogo para podoactiva en Huesca

García Bragado posa frente a la clínica de Podoactiva con Daniel Monfort, joven promesa de la marcha atlética española.

García Bragado posa frente a la clínica de Podoactiva con Daniel Monfort, joven promesa de la marcha atlética española. / Servicio especial

David García Arlegui

David García Arlegui

Normalmente, se habla de longevidad en el deporte en casos en los que la edad del atleta ronda la cuarentena. En España, los ejemplos más claros de ello son los de Marc Gasol (38), Rubén Castro (41) o, en el ámbito aragonés, Alberto Zapater (37).

Sin embargo, no hace tanto tiempo un deportista pulverizó todos los récords existentes al disputar en Tokio sus octavos Juegos Olímpicos, participando de forma ininterrumpida en dicho certamen desde Barcelona 1992, anunciando su retirada después de Japón. Ese atleta tenía entonces 51 años, era marchador y responde al nombre de Jesús García Bragado.

Jesús, también conocido como Chuso, puso tras su retirada su experiencia y sus conocimientos en podología, campo en el que se formó durante su carrera profesional, en el Parque Tecnológico Walqa de Huesca. «Principalmente, mi objetivo es ayudar en todo lo que está relacionado con los atletas y deportistas a los que Podoactiva presta sus servicios», explica García Bragado, que reconoce que todavía se está acostumbrando a la ‘vida real’ después de finalizar una carrera deportiva tan larga a nivel profesional. «Han sido unos meses de incertidumbre que se hacen difíciles, especialmente estando habituado a los horarios de entrenamiento y los descansos. Después, te vas habituando y cogiendo la dinámica de trabajo», manifiesta el exatleta, que agradece a Podoactiva el trato que la empresa ha tenido con él en todo momento dada su situación. «Me siento una persona muy privilegiada porque, si algo agradezco a Podoactiva, es la flexibilidad que me dan. Si me surgen eventos relacionados con el atletismo me permiten ausentarme unos días y después retomar el trabajo, algo que agradezco enormemente», explica.

También entrenador

García Bragado combina su labor profesional en la empresa aragonesa con su faceta de entrenador en la Federación Española de Atletismo. Desde antes de su retirada tenía claro que quería continuar en el ámbito deportivo que tantos años le ha visto representar a España. «Había dejado mi formación de entrenador a la mitad y este verano la acabé de completar. Nada más terminar, la Federación quiso contar conmigo para acompañar a los chicos que se iban al Mundial sub-20 a Cali y después me adjudicaron la responsabilidad de los chicos de la sub-16 y la sub-18», indica García Bragado. Sin embargo, no ha vuelto a practicar la marcha a nivel competitivo desde su retirada en 2021, exceptuando algunos casos concretos.

«Sigo haciendo marcha porque entreno con los chavales, pero me he prohibido ponerme un dorsal. La última vez que salí a competir con un dorsal fue en la carrera de trail que organiza Podoactiva en Huesca, la Perimetrail», cuenta Chuso, explicando que lo hizo «casi más por obligación que por devoción», dice.

Desde que anunció su retirada definitiva de la marcha, coincidiendo con la última vez que los 50 kilómetros marcha formaron parte de unos Juegos Olímpicos, el madrileño ha sido galardonado en repetidas ocasiones por su laureada carrera, en la que consiguió un campeonato del mundo en 50 kilómetros marcha en 1993, tres subcampeonatos mundiales y una plata y un bronce europeos. 

Entre dichas condecoraciones se encuentran el premio al deportista legendario otorgado por la Unión de Federaciones Deportivas de Cataluña (UFEC) en colaboración con Sport o, más recientemente, un reconocimiento especial durante un Congreso de Podoactiva que, tal y como el exdeportista manifiesta, le llegó por sorpresa. «No me lo esperaba y me hizo ilusión. Estoy abrumado de recibir reconocimientos a estas alturas porque la conclusión es que me siento responsable de devolver todo lo que me han dado», indica García Bragado.

Ahora, el marchador disfruta de Huesca y sus alrededores, con el Pirineo aragonés como uno de los grandes incentivos de la comunidad. «Siendo madrileño, Huesca se me hizo pequeña al principio, pero te ofrece tener el Pirineo muy cerca. Para las personas a las que nos encanta la naturaleza, Huesca es una ciudad perfecta para vivir», argumenta Chuso, una leyenda que eligió Aragón para trabajar.