Entrevista | CIERRE DE LA AD SALA 10

Carlos Retamar: «Me sabría raro haberlo dejado sin ascender»

El cierre madrileño jugará su decimotercera temporada con el Sala 10 con el objetivo de ascender al equipo, su gran motivación a sus 41 años. «Si se consigue el ascenso, hay muchísimas probabilidades de que sea el momento de dejarlo», reconoce

Carlos Retamar señala al cielo tras anotar con el Sala 10.

Carlos Retamar señala al cielo tras anotar con el Sala 10. / Alejandro Meavilla-Sala 10

David García Arlegui

David García Arlegui

Pronunciar el nombre de Carlos Retamar Gutiérrez es, en el fondo, decir Sala 10. El cierre madrileño llegó hace ya 12 años a Zaragoza para enrolarse en las filas del entonces Umacon, después D-Link, Ríos Renovables, Fútbol Emotion... Ahora, a sus 41 años, 'Reta' volverá a defender la camiseta del Wanapix tras renovar por un año con el club con el ascenso entre ceja y ceja.

¿Cómo está pasando el verano?

Tranquilito, aunque sin parar de hacer cosas. Al final, tengo la edad que tengo y no puedo dejar de entrenar. Estoy siguiendo un plan personal con el preparador físico y también estoy descansando con mi familia unos días, pero con un poquito de gimnasio y ejercicio a la vez para no perder la forma. Si no, luego cuesta remontar (ríe).

Renueva un año más con el Sala 10. ¿Cómo se siente?

Contento. Jugar un añito más con esta edad es una alegría. A finales de la temporada pasada, nos juntamos José Ramón Moreno, Jorge Palos y yo para hablar, vimos las opciones existentes y decidimos esto. Si hubiésemos conseguido el ascenso, seguramente hubiese tomado otra decisión. Soy un poco cabezón y, al no conseguirlo, tengo ganas de intentar alcanzar ese ascenso y poner así un broche final bonito a todos estos años en este equipo y esta ciudad.

Hasta que no ascienda, no se retirará...

No, bueno... (ríe). No es un 'hasta que no ascienda, no me retiro', aunque espero que sea así. Tengo esa espinita del año del descenso y, después de tantos años y todo lo que he vivido en este equipo, me sabría muy raro haberlo dejado sin haber intentado ascender, especialmente el año pasado. Me he encontrado bien este año y me he sentido útil, que al final es lo más importante cuando llegas a esta edad, y siento que todavía puedo aportar y ayudar. Así lo han visto también desde el club. Yo les dije desde el primer día que me ponía a su disposición en lo que quisieran: si querían que siguiera, seguiría y, si no, no continuaría. Otro añito más, lo vamos a intentar y creo que debemos mirar hacia arriba desde el primer momento e intentar ascender. Esa es la idea.

Va a por su decimotercera campaña en el club. En pocas palabras, ¿cómo definiría su paso y su legado en este equipo?

Uf, es difícil porque hemos vivido un poco de todo. Es complicado ponerlo en pocas palabras. Si tuviera que resumirlo, diría que siempre me he sentido muy arropado y como en casa. Desde el primer momento, se me apoyó mucho porque llegué aquí con una lesión grave. Con el paso de los años, he intentado devolver esa confianza que me dieron desde el principio y me he sentido muy querido. Lo resumiría en que el Sala 10 es mi otra familia, aparte de la natural. Ojalá pueda devolverles todo lo que me han dado este año y dejar al equipo donde se merece.

Iguala las 13 campañas en el club de Víctor Tejel y Nano Modrego.

Sí. Desde que estoy aquí, el equipo ha tenido grandísimos jugadores. Víctor y Nano llevan una trayectoria impecable en el club y fuera de él. Estar ahí es un orgullo, más si cabe para alguien de fuera como yo que, aunque ya me siento un poquito de Zaragoza, parece más complicado de lograr. Antes de venir, ya habían estado aquí grandísimos jugadores como Santi Herrero, que tuve el honor de que me entrenara, o Arturo Santamaría, que ha sido casi como un hermano para mí en los años que coincidimos en el equipo. Ahora, me toca a mí aportar a la gente joven lo que me aportaron todos ellos. Intento ayudarles y también a la estructura de la cantera. Van subiendo chavales de los que he sido referente durante años, y ahora me tienen de compañero. Siempre les digo que es casi peor tenerme de compañero que de entrenador en las categorías base porque soy algo más cascarrabias (ríe). Es un orgullo haber conocido a todos esos jugadores y aportar en lo que creo que sé dentro del club.

Su aportación la pasada campaña no fue testimonial: jugó 30 partidos y anotó 12 goles.

Siempre digo que, cuando veas que no aportas, lo mejor es dar un paso al lado. Sigo considerando que aporto y que estoy en momentos importantes en el partido, además de toda la labor que va detrás. Ahora mismo, con el descenso y todo lo que ocurrió, la plantilla se ha rejuvenecido mucho y contamos con mucha gente de la casa. Al final, trato de aportar ese granito de experiencia para que la gente joven pueda empezar a labrarse sus carreras y transmitir lo que es este club. Todos tenemos que sentir que este equipo debe volver a Primera División cuanto antes. Aunque tengas 18, 19 o 20 años y sea muy bonito para ti estar en el primer equipo, también tienes que asumir que la responsabilidad está ahí y que hay que devolver a este equipo a Primera División.

¿Qué nota que ha cambiado en el Sala 10 desde su llegada?

Se ha conseguido algo muy importante: una comunión muy especial entre la cantera y el primer equipo. En estos últimos años, especialmente con el trabajo de Marcelo Almeida en la cantera y de Jorge Palos estos últimos dos años, la gente se siente muy identificada. Los chicos del club se sienten representados con el primer equipo y hay mucha gente involucrada en las categorías inferiores, algo que creo que siempre es bonito. Que estemos en el partido, en la grada de detrás del banquillo haya cuatro chicos y sepamos que dos son del alevín y uno del infantil, genera un sentimiento de pertenencia en los chicos. Considero que eso ha cambiado mucho desde mi llegada. Antes, cuando llegué, todo era Primera División, muy exigente, económicamente ni hablemos de cómo estaba el deporte y el país... En ese sentido, el club estaba más perfilado hacia el primer equipo y ahora se ha globalizado y expandido más. La cantera ha pasado a ser muy importante en el club. A veces pasa cuando la economía falla, pero bienvenido sea y ojalá que el club siga creando jugadores que puedan llegar al primer equipo o jugar en otros equipos de Aragón, de fuera... Que seamos una cantera referente. Ha cambiado bastante la situación y es motivo de orgullo para todos.

¿En qué ha cambiado Carlos Retamar en este tiempo?

Con el paso de los años, te tomas todo de otra manera. Antes, parecía que lo único que existía en el mundo era el momento del partido, y ahora disfrutas mucho de todo. Ha habido algún año más complicado por los dolores porque son muchos años jugando y muchas lesiones y operaciones. Lo que cambia es la forma de afrontar el día a día y disfrutarlo más: antes solo miraba los resultados y estaba siempre pendiente de los partidos y la clasificación, y ahora disfruto más del día a día. Saboreo más cada entrenamiento y cada viaje. He tenido muchas lesiones y he vivido momentos en los que te planteas dejarlo. El año del descenso fue un año horroroso en lo grupal y en lo personal para mí porque me encontraba fatal y con muchos dolores. Esos meses eran un suplicio, no disfrutaba nada. Al final, dentro de la desgracia del descenso, pasé por quirófano y las cosas fueron bastante bien. Desde entonces, tengo menos dolores y el día a día es otro rollo. Disfruto el día a día sin centrarme tanto en el resultado, que por supuesto es también importante.

¿Ha pensado en retirarse en algún momento o es de los que va día a día?

Sí, por supuesto que lo he pensado. Estos dos últimos años en especial. Seguramente, si el año del descenso se hubiera salvado el equipo, lo hubiera dejado. Como ya he dicho, sufría muchos dolores y pensaba que era algo crónico y que no tenía solución. Al hablar ese verano con varios cirujanos, médicos y con el club, ellos me dieron la solución y me enteré de que era una lesioncilla en el menisco, aunque yo pensaba que era algo peor. No era tan grave y, si salía bien la operación, no iba a haber problema. Así ha sido y voy día a día. Si me hubiesen hecho esa pregunta hace seis meses, contestaría que no sabría qué hacer. Si me lo preguntasen hace tres, diría que estoy bien y me encuentro con ganas... El día a día marca a todo, aunque sé que la retirada está ahí, evidentemente, y mi objetivo es intentar ascender al equipo. Si se consigue el ascenso, hay muchísimas probabilidades de que sea el momento de dejarlo. Espero poder hacerlo con muy buen sabor de boca.

Un total de 339 partidos con el Sala 10 le colocan tercero en el ranking histórico del club.

Después de Víctor y Nano, sí. Es un buen trío (ríe).

¿Es llegar al primer puesto una de sus motivaciones?

No. Desconozco exactamente cuántos partidos me faltan, pero es para mí un orgullo estar ahí. Me da igual ser primero, segundo, tercero, cuarto... Es bonito cumplir años y seguir estando en el mismo equipo, la estabilidad y que la gente te demuestre lo que te quiere. Cuando eres más joven, es más fácil que la gente te diga cosas bonitas, pero cuando creces suelen llegarte más críticas. Siempre me he sentido súper querido por los aficionados y los chicos de la cantera, y este año no ha sido menos. He notado eso también cuando ha acabado la temporada, mucha gente me decía 'no te retires'. Siempre contesto 'no lo sé, a ver qué pasa...' porque queda poco, pero me siento querido aquí. Adelantarles no es una motivación, aunque quiero seguir sumando partidos, que al final es lo que me gusta. Quiero jugar a esto, si no ya lo hubiese dejado. La ilusión tiene que estar por delante de todo y sigue ahí.

Jorge Palos asumió el cargo en un momento delicado para el Sala 10. ¿Cree que el futuro pasa por tenerle en el banquillo?

Sin duda. El puesto está bien cubierto. Es un chico muy trabajador y al que ya conocía de las categorías inferiores porque habíamos estado trabajando juntos en el equipo juvenil. Para mí, fue un acierto que José Ramón le llamase. Era un marrón meterte en ese lío, con el equipo tan mal en Primera División, pero se demostró que estuvo a punto de salvar al equipo siendo muy complicado. La primera vuelta había sido muy mala, creo que sacamos cuatro puntos, y en la segunda conseguimos ilusionarnos e ilusionar a la gente, aunque al final no se pudo conseguir. El año pasado sucedió igual, pero la gente ve que hay un trabajo detrás. Jorge es un entrenador de la nueva escuela, de tener todo muy controlado y con mucho estudio porque esto ha evolucionado un montón. Todo pasa por ahí y ojalá que las cosas vayan bien, podamos ascender y Jorge pueda seguir en Primera División. El futuro pasa por él porque es alguien de la tierra, que ha estado en el club muchos años y que se nota que lo que quiere es lo que queremos todos: que el equipo vuelva a Primera División.

Además de su renovación, se han concretado las de Mateo Flores, Tomás Pescio, se ha fichado a 'Pope' Mercado y Aarón Hernández y Óscar Andreu han subido al primer equipo.

Era lo que esperaba todo el mundo. La base del equipo estaba bastante consolidada y había ocho o nueve jugadores que todavía tenían contrato. Es una de las claves para arrancar la temporada del año que viene porque el año pasado nos quedamos con ganas de más y se acabó la temporada cuando mejor estaba el equipo. Tenemos que aprovechar eso. Ahora mismo, tenemos un bloque muy sólido, la única incorporación ha sido la de Mercado, que es un jugador argentino zurdo que viene para aportar. Por las referencias que me han dado y lo que he visto, nos va a ayudar mucho. Óscar y Aarón estuvieron entrenando con nosotros todo el año y se han ganado su plaza en el primer equipo, que ahora deben aprovechar. Aunque tengas 20 años y la ilusión esté ahí, estar en primera plantilla conlleva una responsabilidad y este equipo tiene que luchar por el ascenso. El equipo está bien, preparado para lo que viene y creo que podemos marcar la diferencia. Somos un grupo que ha hecho pocos cambios y podemos arrancar bien el inicio de la temporada, que es donde muchas veces se empiezan a marcar los objetivos.

Ya es un zaragozano más. Cuando se retire, ¿tiene pensado quedarse?

Sí. Ahora mismo, no miro más allá. Este año, José Ramón habló conmigo para encargarme de la coordinación de las categorías inferiores porque Marcelo, tras muchos años y un grandísimo trabajo, lo iba a dejar. Él pensó en mí y le dije que adelante porque llevo varios años entrenando también a juveniles e infantiles en el club. Es una faceta más que voy a acaparar este año y, cuando llegue el momento de retirarme, si puedo seguir estando en el club y aportando lo que se pueda desde fuera de la pista, yo encantado. Desde pequeño, me ha gustado mucho empaparme del deporte y quisiera entrenar más adelante. A corto y medio plazo, me gustaría seguir aquí, ligado al club y ayudando en lo que se pueda. Lo veremos cuando llegue el momento porque lo que me toca ahora es intentar ayudar a ascender al equipo y trabajar en la cantera para que sigan saliendo los frutos que han salido con Marcelo.