Ada Liberio, exgimnasta campeona de España: "Me hubiera gustado tener una segunda oportunidad"

La deportista zaragozana narra las luces y sombras de esta disciplina en su primera entrevista tras retirarse en 1991

Ada Liberio, en medio, en el homenaje a la entrenadora de la selección española Emilia Boneva

Ada Liberio, en medio, en el homenaje a la entrenadora de la selección española Emilia Boneva / Servicio Especial

El pasado viernes se estrenó 'Caída Libre', la nueva película de J. A. Bayona que cuenta la historia de una entrenadora de gimnasia rítmica que es capaz de exigir a su alumna lo que sea necesario para conseguir el oro en el Campeonato del Mundo y cubrir sus vacíos sentimentales que exceden el deporte.

En esta entrevista concedida a El Periódico de Aragón, la exgimnasta rítmica Ada Liberio nos cuenta cómo una pequeña niña que empezó en este deporte con 12 años llegó a conseguir una medalla de bronce por equipos junto a Ana Bautista y Silvia Yustos en el Campeonato del Mundo de Sarajevo de 1989, quedándose a las puertas de los Juegos Olímpicos por culpa de una lesión. Sus momentos difíciles y sus aprendizajes están plasmados a continuación.

PREGUNTA. ¿Por qué te empezó a interesar la gimnasia rítmica?

RESPUESTA. Siempre me había gustado el arte, y de hecho cuando pequeña hacía ballet. Alguna vez veía la gimnasia rítmica en la tele y esa mezcla de las cintas y el baile me llamó mucho la atención, me gustó mucho, y decidí probarlo.

P. ¿Recuerdas cómo te sentiste al competir por primera vez a nivel internacional?

R. Nerviosa y emocionada, las dos cosas. 

P. ¿Qué competición fue?

R. Habíamos hecho algún torneo internacional, pero el más gordo, que era el Campeonato Europa Junior y yo tenía 12 años.

P. ¿De todas las medallas y reconocimientos que has recibido, hay alguno que signifique algo especial para ti? ¿El que más importancia tenga? 

R. Para mí el mundial de Sarajevo del año 89. Fue bastante importante, porque era el mundial y ya era categoría sénior.

Ada Liberio compitiendo con aro

Ada Liberio compitiendo con aro / Servicio especial

P. ¿Cómo describirías la metodología de entrenamiento en tu época? 

R. Horrorosa. Excesiva. Porque al final estás trabajando con niñas de 10, 11, 12, 15 años, y son jornadas de entrenamiento de 8 o 9 horas, fuera de tu entorno, de tu hogar, viviendo todas juntas. Es que era un todo, ya no eran solo las horas de entrenamiento, sino que no tenías otra vida más que eso. Entonces es como una burbuja sin tus padres, sin tus amigos y es excesivo. Era... ahora ya no es así. 

P. ¿Alguna de tus entrenadoras se ha sobrepasado alguna vez? 

R. Sí, en este ámbito, sí. Sobre todo, cuando era más pequeña, cuando estaba aquí en Zaragoza. 

Son jornadas de entrenamiento de 8 o 9 horas, fuera de tu entorno, de tu hogar, viviendo todas juntas

P. ¿Aquí en Zaragoza era más duro que internacional o nacionalmente?

R. No, pero la entrenadora sí que era... Era más dura. Más... Un carácter más desagradable, vamos a decirlo así. 

P. Teniendo en cuenta que cualquier deporte de élite requiere un gran esfuerzo y sacrificio. ¿Dónde se pone la línea que separa la exigencia necesaria para triunfar entre lo que se podría considerar maltrato? 

R. Yo creo que precisamente el no tener otra vida aparte del deporte. Y que la gimnasia se caracteriza, o se caracterizaba antes, porque trabajas con niñas. No es lo mismo que un adulto consciente se tome su deporte como un trabajo, como el que trabaja ocho horas al día, que cuando hablamos de niñas. Es distinto, te ves envuelta en que eres buena, ganas campeonatos y entrenas como si fuera una jornada laboral, pero no es lo natural y lo normal.

Ada Liberio en su montaje

Ada Liberio en su montaje / Servicio especial

P. ¿Cuáles fueron tus motivaciones para retirarte? 

R. Veía que no iba a llegar a las Olimpiadas y entonces pensé que era un esfuerzo inútil, lo vi muy claro. Ya había compañeras que me superaban y... ¿para qué iba a estar un año más sacrificándome si no iba a llegar a mi objetivo?

P. Con la fractura del pie, ¿hubo algún exceso de esfuerzo que se te obligase a hacer?

R. El pie se rompió de exceso de entrenamiento, porque fue un gesto de lo más natural y normal que hacía miles de veces al día. Me tuvieron que operar, tuve que estar tres meses de reposo y luego ya volví. 

¿Para qué iba a estar un año más sacrificándome si no iba a llegar a las Olimpiadas?

P. Desde que te retiraste, ¿en qué has estado involucrada principalmente? 

R. Al principio estaba involucrada entrenando, pero a nivel escolar, en colegios y equipos de Aragón. Todo muy a nivel base, por sacarme un dinero. Era lo que conocía y mientras estaba estudiando BUP y la universidad estuve trabajando de entrenadora. Y luego ya cuando me saqué la carrera lo dejé y me dediqué a estudiar la oposición para la plaza de profe. 

P. Ahora eres profesora de educación física. ¿Cuál ha sido tu trabajo para no replicar la enseñanza que recibiste tú en Zaragoza? 

R. Tratar a los niños con mucho respeto y mucho cariño, porque son niños.

P. ¿Qué significaba la gimnasia rítmica para ti cuando la practicabas? 

R. Significaba que yo podía hacer orgullosos a mis padres por lo que conseguía. Y bueno, me sentía también especial. Porque era buena en algo y viajaba mucho. Pero, por otro lado, también me hacía sentir muy diferente a los demás. Y luego, cuando volví a Zaragoza y me retiré, me encontré muy sola... muy, muy sola. Y no te preparan para eso. 

Ada Liberio compitiendo en cinta

Ada Liberio compitiendo en cinta / Servicio especial

P. En estos casos, ¿quién o quiénes eran tus apoyos principales? 

R. Mis compañeras de sufrimiento y mi familia. Lo que pasa es que nos veíamos muy poco.

P. ¿Y ahora qué significa la gimnasia rítmica para ti?

R. Es un recuerdo que me ha costado mucho verlo como positivo. Durante varios años tuve rechazo por el deporte en sí, por la gimnasia. 

P. ¿Por qué tuviste rechazo más concretamente? 

R. Porque para mí fue un trauma no poder conseguir mi objetivo, que fueron las olimpiadas. Y luego, realmente, el mundo de la gimnasia en sí, lo veía muy tóxico. Preferí olvidarme de esa etapa de mi vida, hacer borrón y cuenta nueva, dedicarme a ser profesora. Y luego, al cabo de los años, he ido valorando la experiencia que fue en realidad, sin todo ese drama que yo viví cuando era una adolescente.

P. ¿Y crees que deberían de prepararos mejor para el fracaso?

R. Sí. Al regresar al mundo real nos tendrían que preparar porque es muy duro.

Fue un trauma no poder conseguir mi objetivo

P. ¿Tu experiencia en la selección española fue buena?

R. Fue buena y fue dura, al final un poquito mala. Ahora, ya como adulta, lo entiendo, pero cuando eres niña, porque eres niña con 16-17 años, pasar de ser la número de tu país a no contar contigo... se lleva muy mal. Tú quieres volver a ser la mejor, pero te das cuenta de que ya es imposible. Porque has tenido la mala suerte de una lesión y los de atrás no paran y... me hubiera gustado tener una segunda oportunidad. Que me hubieran apoyado un poquito más.

P. Y aquí, en el equipo de Zaragoza, ¿tu experiencia?

R. Es que era tan niña... pero la entrenadora... mal. Mal.

P. ¿Se tomaron medidas? 

R. No.

P. ¿Crees que se deberían de haber tomado? 

R. La verdad es que sí. 

Ada Liberio compitiendo

Ada Liberio compitiendo / Servicio especial

P. ¿Desde alguna institución en concreto, desde la Federación Española o aragonesa? 

R. Sí. Cuando un niño habla y cuenta cosas en la familia, ¿a quién crees realmente, sobre todo antes? Crees al adulto. Y piensas que, al niño, o no le apetece entrenar, o es un vago, o tiene un mal día.

P. ¿Qué esperas para el futuro de la gimnasia rítmica en España y a nivel mundial? 

En España espero que se sigan haciendo las cosas como se están haciendo ahora, que se están haciendo muchísimo mejor. Y a nivel mundial espero que sea más objetivo, que es uno de los puntos flojos de la gimnasia rítmica. Es demasiado subjetiva, depende de un jurado y los intereses de cada país.

Espero que se sigan haciendo las cosas como se están haciendo ahora

P. ¿Qué consejos darías a los jóvenes que están empezando ahora en este deporte? 

R. Que disfruten y que, en el momento en el que no disfruten, lo dejen. No pasa nada, por muy buenos que sean. La vida es muy larga y si realmente les gusta y disfrutan y están a gusto, pues que luchen y sigan. Pero tiene que ser más importante la salud mental que los éxitos. 

P. Teniendo en cuenta el cómputo total de tu experiencia con la gimnasia rítmica. ¿Volverías a escogerla como tu deporte? 

R. Yo creo que sí. Siempre tropezamos con las mismas piedras una y otra vez. Volvería a hacerlo y aunque volviera a sufrir lo mismo que sufrí, también he hecho muchas cosas muy guais, unas experiencias que no ha tenido otra gente. Antes lo de coger un avión... ¡Madre mía! Y más teniendo en cuenta que mi familia es humilde, no hemos sido ricos ni nada, y eso te forja un montó el carácter, la autodisciplina, el perseverar...